Ya lo sabes, amigo. La muerte ha llamado a tu puerta. Sabes que tu camino se termina y que te irás muy pronto.
No pierdas el tiempo preguntándote porqué a ti y porqué ahora. Antes bien, apura cada momento que te queda para disfrutar; para poner orden en tu vida y cerrar la puerta con dignidad, valentía y los deberes hechos.
Búscate un buen médico, que también sea un médico bueno; que te ayude en tu tránsito con profesionalidad, amor y misericordia.
Prepara tu alma, si tienes fe y esperanza y en caso contrario, plantéate de nuevo tus creencias personales, pues aún estás a tiempo de pensar en la eternidad.
Pide perdón a tus enemigos para irte en paz y dejar tranquilos a los que hayan sufrido tus errores del pasado.
Reúnete con los pocos amigos de verdad y recorre con ellos los momentos felices compartidos. No te lamentes; recréate en la bendición de la vida disfrutada.
Dedica tus últimos días a tus seres queridos más cercanos: padres, si los tienes, hermanos, cónyuge, hijos y nietos. Agradéceles el amor que te dispensaron en la vida y diles que les quieres con toda tu alma. No llores ante ellos, ni permitas si es posible, que lloren en tu presencia.
Recuerdales que la vida es tan sólo un tránsito y que a todos se nos acabará algún día. Insiste en que deben vivir con los valores que les has enseñado; que no pierdan tampoco ellos tiempo en lamentos que nada solucionan; que los sentimientos de amor y sangre, son más importantes que cualquier herencia material.
Diles que te vas en paz, dales confianza en su futuro y anímales a rehacer su vida sin ti; que cuando tengan una mala tentación, se pregunten si estarías orgulloso de su comportamiento.
Establece con ellos una complicidad de futuro; que te vean en una estrella concreta del firmamento y cuando quieran amarte en tu definitiva ausencia, que sonrían a los destellos de amor que les llegue.
Y cuando finalmente te vayas, que el último paisaje que vean tus ojos, sea el de los rostros que tanto amaste en tu vida.
No, no te vayas en silencio.
No pierdas el tiempo preguntándote porqué a ti y porqué ahora. Antes bien, apura cada momento que te queda para disfrutar; para poner orden en tu vida y cerrar la puerta con dignidad, valentía y los deberes hechos.
Búscate un buen médico, que también sea un médico bueno; que te ayude en tu tránsito con profesionalidad, amor y misericordia.
Prepara tu alma, si tienes fe y esperanza y en caso contrario, plantéate de nuevo tus creencias personales, pues aún estás a tiempo de pensar en la eternidad.
Pide perdón a tus enemigos para irte en paz y dejar tranquilos a los que hayan sufrido tus errores del pasado.
Reúnete con los pocos amigos de verdad y recorre con ellos los momentos felices compartidos. No te lamentes; recréate en la bendición de la vida disfrutada.
Dedica tus últimos días a tus seres queridos más cercanos: padres, si los tienes, hermanos, cónyuge, hijos y nietos. Agradéceles el amor que te dispensaron en la vida y diles que les quieres con toda tu alma. No llores ante ellos, ni permitas si es posible, que lloren en tu presencia.
Recuerdales que la vida es tan sólo un tránsito y que a todos se nos acabará algún día. Insiste en que deben vivir con los valores que les has enseñado; que no pierdan tampoco ellos tiempo en lamentos que nada solucionan; que los sentimientos de amor y sangre, son más importantes que cualquier herencia material.
Diles que te vas en paz, dales confianza en su futuro y anímales a rehacer su vida sin ti; que cuando tengan una mala tentación, se pregunten si estarías orgulloso de su comportamiento.
Establece con ellos una complicidad de futuro; que te vean en una estrella concreta del firmamento y cuando quieran amarte en tu definitiva ausencia, que sonrían a los destellos de amor que les llegue.
Y cuando finalmente te vayas, que el último paisaje que vean tus ojos, sea el de los rostros que tanto amaste en tu vida.
No, no te vayas en silencio.
Es muy bonito y muy sentimental y lo que dices es auténtico y muestra lo que debería ser.
ResponderEliminarPero ¡es tan dificil afrontar ese momento!
Me ha gustado lo que has escrito
Mi hija escribió un artículo en el País que te pondré por aquí
Gracias por tu elogioso comentario. Solo soy un artesano de las letras, juntando palabras que fluyen a borbotones de mi corazón. Este artículo,es triste, pero auténtico, pensando en un trance por el que todos deberemos pasar.
ResponderEliminarMe encantará leer el artículo de tu hija.
Miguel ahí va el artículo de Keka
ResponderEliminarVe preparando tu muerte https://elpais.com/sociedad/2018/10/30/actualidad/1540895699_535897.html?ssm=whatsapp