Hace días que redacto artículos de la serie "Cazadores de paisajes". En ellos hago referencia a personas allegadas a mí, que se afanan en la aventura de la vida, colmando su espíritu de la belleza y emociones que les ofrece un mundo maravilloso.
A algunos, les parece que esas personas, tienen extraordinarias y envidiables experiencias. Algo de ello hay; pero lo cierto es que solo quieren aprovechar al máximo el don de la vida, aunque nada reprochable haya en ello.
Se trata de personas generosas que son felices entregándose a los demás, aunque ello implique renunciar a muchos de sus sueños personales o que actúan en consecuencia con las pruebas que la vida les ha puesto exigiéndoles más que a los demás.
Hay miles de ejemplos y circunstancias y diferentes grados de entrega y dedicación, pudiendo, en muchos casos, compatibilizar el disfrute personal con el servicio a los demás.
Si a los "disfrutones" de lo que la vida les ofrece, les he incluido en la serie "cazadores de paisajes", a estos otros, los denomino "jardineros de la vida"
Me refiero a las madres, que llenan de hijos el mundo; a los artistas, que nos aportan sensibilidad; a los pensadores, que iluminan nuestro camino; a nuestras fuerzas armadas y agentes de policía, que defienden nuestra paz y nuestra libertad y a los maestros, que forman los líderes del futuro y los preparan para la convivencia.
También pienso en las profesiones sanitarias que mitigan nuestro sufrimiento y salvan nuestras vidas; a los sanadores de almas, que curan nuestras cicatrices interiores; a los verdaderos estadistas, que preparan para nosotros y nuestra descendencia un futuro mejor; a los soñadores, que inyectan ilusión en vena a nuestra sociedad o a los ecologistas, que cuidan nuestra casa común y así, muchos puntos suspensivos más.
Cada uno de nosotros, podría añadir muchos tipos de jardineros de la vida e incluso ponerle nombre y apellidos a numerosos héroes muchas veces anónimos que se esfuerzan por hacer un mundo mejor.
Bomberos que arriesgan su vida por salvar desconocidos; misioneros que marchan al tercer mundo para mitigar el hambre, el sufrimiento y ofrecer una esperanza de vida; médicos y enfermeros que acuden a zonas de desastres naturales, arriesgando su propia integridad; personas que cuidan allegados minusválidos, enfermos de alzheimer, drogadictos,... dando ejemplo de entereza, entrega, amor y generosidad.
La lista sería inacabable, ¿verdad? Ellos son los jardineros de la vida, los que ponen color a historias personales pintadas en negro, por la pobreza, la enfermedad, los "efectos colaterales" de los que no son culpables; el cambio climático, el odio, la violencia y las guerras, por ejemplo.
Miles de misioneros de religiones diferentes, de voluntarios integrados en ONGs, de personas que se esconden en el gris anonimato de la bondad y la modestia, se ocupan de los desposeídos de la Tierra.
Hay muchos héroes anónimos que siembran flores de amor donde hay odio; de esperanza donde no hay futuro y de vida donde huele a muerte.
"Cazadores de paisajes", está muy bien. Es gratificante y te llena el mundo de colores, pero hay algo más sublime y envidiable: sentir la llamada de ser "Jardineros de la vida" y acudir a ella sin reserva.
No es fácil hacerlo, pues se requiere mucha capacidad de amor al prójimo y mucha generosidad para entregar a los demás, lo más valioso que tenemos, el limitado tiempo de nuestra vida.
A ellos, mi homenaje y mi admiración, porque sin ellos, el mundo no tendría sentido.
Miguel muy bonito expresado tu agradeciendo a tantas personas buenas, desprendidas y valientes qué con su entrega y buen hacer a los demás dan sentido a este mundo que nos rodea, en el que es bastante frecuente el egoísmo y el interés en sí mismo de cada uno.
ResponderEliminarA mi se me han saltad las lagrimas al leerlo porque como tú dices todos tenemos en mente personas queridas a las ponerle nombres y apellidos y añadir la Cole tulla que tú has inventado y que les va al pelo a todos ellos.
Gracias por expresarlo tan bien y ponerle ese nombre tan bonito y bien elegido, “Jardineros de la vida”
Gracias Carmen. Si, tuve fortuna escogiendo el título. Cuando pienso en personas que sirven a los demás y escribo con el corazón, me emociono y a veces, consigo emocionar a los lectores.
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