domingo, 13 de agosto de 2017

Malages, desalmados e hijos de puta

Lo siento, a veces, debo usar expresiones fuertes que están reconocidas en nuestro diccionario.

En Andalucía, un malage o malaje, pues de ambas formas se escribe, es una persona que tiene "mal ángel", es decir, sin gracia alguna. Un individuo sin duende, que se cree gracioso y no hace más que provocar muecas de desaprobación y desagrado. En la zona oriental de Andalucía, un malage es un "malafollá" y pido nuevamente excusas por ser tan didáctico.

El término malage, es un nivel más alto que el de "esaborío" (desaborido), o lo que es lo mismo: soso y sin interés. Hay quien equipara este término a los de malintencionado, esquinado, malasangre, malasommbra, cabrón (vulgar) o malaleche (vulgar)

Sim embargo, yo creo que un malage es un tío poco soportable cuando le ves o le oyes y estar con él implica hacer méritos para ganarse el cielo. Pero no es a priori, un ser malvado.

Un desalmado es un ser despiadado, sanguinario, cruel, inhumano, maligno, malvado, pérfido o perverso. Es aquél que comete acciones crueles sin mostrar pena o compasión, especialmente, contra personas o animales.

A un desalmado pueden decirle hijo de la chingada en México o hijueputa en Colombia o en Ecuador.

Y así llegamos al calificativo de "hijo de puta". Sí, ya sé que es muy vulgar y que llamar así a una persona, es proferirle un grave insulto y eso, que volviendo a Andalucía, puede llegar a ser incluso una expresión cariñosa, si se le dice a un amigo con una sonrisa y un gesto de complicidad.

Pero cuando largo un sonoro "hijo de puta", lo hago con la precisión de un cirujano, el desahogo de un sediento de justicia y la mala leche del que se siente profundamente afectado por un desalmado.

Podría decirlo en varios idiomas, en los que al no entenderse bien, quedaría menos grosero, pero de vez en cuando, es muy recomendable llenarse la boca y soltar algún malsonante palabro.

Figlio di putana en italiano; Filho da puta en portugués; sin suki en bielorruso; gaejasik en coreano; poutanas giós en griego; son of a bich en inglés; fiils de pute en francés; figlio di putana en italiano; filho da puta en portugués; o orospu cocudo en turco.... y aún sabría citar la expresión en mandarín, hebreo, húngaro, polaco u holandés. 

Prácticamente, este insulto se dice en todas las lenguas, incluidas las que suenan en nuestra piel de toro, como putakume en vasco, filho de puta en gallego, o fil de puta en catalán, aunque yo prefiera decir sencillamente "hijo de puta", con énfasis y enfado,

Si un "esaborío" te cuenta un chiste sobre la muerte de un torero en el ruedo" es un malage.

Si un dictador es un ser sanguinario que se mantiene en el poder torturando y matando a sus compatriotas, es un desalmado; un tío despreciable que no tiene alma.

Si una o varias personas, incendian voluntariamente el monte o talan como ha ocurrido hace varios días, casi todos los árboles del parque de San Felices, en Cantabria, no son unos gamberros, sino unos hijos de puta.

Hay a quien le pueda corresponder sólo uno, dos o tres de los calificativos vertidos en este artículo

Así, si un líder de ojos rasgados mata de hambre a su pueblo; tortura a quienes se quejan de tener hambre o fusila con un misil a un general que se duerme en un Consejo de ministros, es sencillamente un desalmado y un hijo de puta.

Mientras que un conductor de autobuses metido a presidente de un país hermano, merece ser llamado malage, por las tontas gracietas que dice y desalmado e hijo de puta, por el sufrimiento que causa a su pueblo.

Si; ya sé que he sido muy directo y algo vulgar, pero ¡qué a gusto me he quedado!



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