Abandonamos la isla de Samosir para volar a Yoguiakarta, la capital cultural de la isla de Java.
Visitamos Praambanan, el templo hindú más grande de la isla y de los más bellos de Indonesia.
Subimos a cada una de sus numerosas torres, viendo las deidades representadas en su interior.
Pido perdón a los lectores por mis escasos comentarios sobre los nombres y cometidos de cada deidad. Aún no me he aclarado con algunas importantes cuestiones de mi credo y no estoy yo para buscar nuevos jeroglíficos en religiones ajenas.
Baste decir que se respiraba una grann paz interior y que al pasear por sus verdes y cuidadas praderas, se oían dulces campanillas que daban al conjunto un aspecto casi mágico, si bien podía oírse la llamada la oración del muecín de una mezquita cercana.
Visitamos a continuación el antiguo palacio del sultán. Estaba lleno de funcionarios, sentados en porches con una actividad de difícil comprensión para funcionarios occidentales.
El guía nos comentó historias de árboles genealógicos y que los miembros de la familia del sultán eran representados con grandes, yo diría descomunales orejas, como símbolo de sabiduría.
Me parece en cierto modo razonable, dado que las orejas se forman del mismo tejido embrionario que el cerebro. Es curioso, pues los budistas creen que las grandes orejas, son un signo de longevidad.
Pudimos ver un taller de batik. La técnica era laboriosa y el resultado muy hermoso. Sin embargo, lo que admiré, fue la elegancia natural, la femineidad y la dignidad de una mujer vestida de rojo que pintaba las telas.
Vimos un precioso carrito de venta de frutas, con un atractivo colorido.
Comimos en un hermoso restaurante, con una nave central y una especie de coquetos gacebos entre estanques, que invitaban a la belleza y el sosiego.
Otra cosa fue el menú. Como en casi todas partes, descartando las ensaladas por razones de prudencia sanitaria, pudimos escoger entre pollo con arroz blanco y pollo con arroz frito y entre cerveza Bingtan o agua mineral.
Finalmente, llegamos a Borobudur, el mayor templo budista y una de las 7 maravillas del mundo. Es del siglo IX; consta de nueve plataformas apiladas, seis cuadrados y tres circulares, coronadas en una cúpula central.
Está decorado con 2672 paneles en relieve y 504 estatuas de Buda, cada una asentada dentro de una campana perforada.
El centro es lugar popular de peregrinación. Una vez al año, los budistas en Indonesia, celebran Vesak en el monumento y Borobudur es la atracción turística más visitada de Indonesia.
Enterarse en profundidad de los detalles de este templo con un guía musulmán que nos hablaba en inglés, mientras el sol nos recalentaba la sesera y respiraba agitado tras subir numerosos y elevados escalones, fue toda una proeza.
Los abundantes budas del templo, tienen las manos puestas de diferentes formas y cada una de ellas, representa una acción o una virtud.
Esta joya arquitectónica y religiosa, está ubicada en una isla de mayoría musulmana y espero que no sea víctima del fanatismo mostrado en otros lugares del Planeta.
Artilugio para pintar las telas con tinta
El restaurante
BOROBUDUR
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