Forma un gran delta en su desembocadura y sobre ella, se encuentran las ciudades del Cairo y Alejandría
Tiene dos ramales principales:
El Nilo Blanco, que atraviesa los Grandes Lagos de África, teniendo su fuente más distante en Rwanda y fluye hacia el norte por Tanzania, el Lago Victoria, Uganda, Sudán del Sur y Sudán
El Nilo Azul, que comienza en el lago Tana, en Etiopía y fluye a lo largo del sudeste de Sudán.
Ambos Nilos, el Blanco y el Azul, se encuentran cerca de la capital sudanesa: Jartum
El Nilo ya reunificado, fluye casi completamente por el desierto, entre Sudán y Egipto. Sus aguas, arrastran los limos de una gran parte de África y cuando inunda las tierras bajas, fertiliza grandes superficies agrícolas en las que se establecieron grandes núcleos de población, hasta fundar la avanzada civilización egipcia.
Tuve el privilegio de conocer Tanzania en noviembre de 2016, por donde fluye el Nilo Blanco. También visité Etiopía en mayo de 2017, donde visité cataratas del Nilo Azul, escasas de agua y navegué entre cocodrilos e hipopótamos por el lago Tana. Así pues, he conocido los dos ramales del Nilo.
Visitar Egipto, es navegar por el Nilo. La mayoría de las ofertas turísticas, ofrecen un crucero por sus aguas. Naturalmente, no podía perderme este precioso viaje.
Navegué 4 días en barco, desde Luxor a Aswán, desembarcando puntualmente para ver los monumentos más representativos de 5000 años de historia: El Valle de los Reyes, el Templo de Medinet Habú, el Templo de Luxor, el complejo monumental de Karnak y el Templo de dios Horus, con posibilidad de acceder a Abu Simbel, la presa de Aswán y el poblado Nubio.
Cubrí prácticamente todos mis objetivos artísticos, y disfruté de hermosas navegaciones por el mítico Nilo.
La estrechas márgenes verdes del río, contrastaban con el fondo des desierto del Sahara en su vertiente oriental.
El trayecto me transportó a la edad antigua, con hermosos amaneceres y atardeceres, entre siluetas de dunas y palmeras, con mujeres en sus afanes cotidianos, hombres montados en sus pequeños asnos y niños jugando en sus ansias de felicidad.
A veces, bordeamos islas con vegetación, donde pastaban cabras, ovejas, vacas y caballos.
Junto al barco, acostaban pequeñas embarcaciones vendiendo artesanía que lanzaban a nuestra cubierta con gran precisión.
Mi memoria retiene el color del exotismo, el fragor de la historia y el romanticismo de un paisaje que invade placenteramente la mente.
Lago Tana, Nilo Azul, Etiopía
Fuente del Nilo Azul, en Etiopía
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