Mi pasión por la vida animal, puede comprobarse en los anteriores capítulos de esta serie, cuyas referencias de publicación, se encuentran al final de este artículo.
Los años vividos, han supuesto una evolución personal, extendiéndose mi interés por el resto de los campos de la Naturaleza. La fotografía, los viajes y la etnografía, son otros aspectos que me hacen la vida más interesante.
El contacto con otras culturas, ha ampliado mi visión de la vida, reconsiderando otras escalas de valores, evolucionando a la tolerancia y el respeto por otros pueblos, aunque no siempre comparta sus creencias y tradiciones.
A principios del verano del 19, pude comprobar el inmenso amor de los nórdicos europeos por la Naturaleza, su compromiso por la conservación del Medio Ambiente y el respeto por los animales. Ver alces, renos y bueyes almizcleros, fue una gran experiencia ya plasmada en anteriores capítulos.
De vuelta a casa, me encantó mostrar a mis nietos unos asnos, cuyo censo España, disminuye con gran rapidez. También disfruté con ellos, de la numerosa e interesante fauna en semilibertad existente en el Parque Natural de Cabárceno, en Cantabria.
En agosto conocí numerosas etnias ancestrales de Benín, la mayoría de ellas, de creencia animista.
Un gran número de ceremonias rituales animistas, está relacionado con el culto a los muertos. Se invoca a los antepasados ofreciéndoles sacrificios. En ellos matan animales, cuya sangre se destina a la divinidad y la carne a su consumo por los fieles.
En el mercado de fetiches de Bohicon, se venden restos de animales que son utilizados de forma personalizada o para grupos concretos de individuos.
Dispongo de un amplio reportaje fotográfico del mercado, pero apenas publicaré alguna foto, pues la visión detallada del lugar, ofendería la sensibilidad de la mayoría de los lectores.
En aquél lugar, había también animales vivos para el sacrificio, como cientos de escorpiones, camaleones, serpientes, tortugas carnívoras, erizos, etc.
Días después, visité el Templo de las serpientes pitón en Benín, donde un sacerdote animista, me colgó una pitón sobre los hombros, para "presentarme el espíritu de un antepasado" y luego me hizo una especie de turbante con una serpiente pitón viva.
Espero publicar nuevos capítulos de esta serie, más agradables que este reportaje reflejo en parte de una extraña cultura ancestral.
Testuz de reno
Avistamiento de bueyes almizcleros
Calavera de un buey almizclero, reintroducido en Noruega
El censo de asnos está en regresión en España siendo
objeto de protección
El Parque Natural de Cabárceno, en Cantabria, contribuye
a la recuperación del oso pardo
Hay una gran afición por los perros y
gatos de pura raza, hay una tendencia
creciente por la adopción de animales
abandonados
Típico ganado de Benín
En un mercado de abastos de Benín, vendían gatos y perros
para consumir su carne. En el norte del país, hay una etnia que
consume preferentemente carne de perro, que es bastante cara
Serpientes vivas en el mercado
de fetiches de Bohicon
Tortuga carnívora viva. Tiene terribles espolones en sus patas
y unas fuertes mandíbulas capaces de seccionar un dedo
Un camaleón evocó mi niñez en el sur de España
Me invitaron a coger un escorpión vivo, pero rehusé a ello
Ampliación de los escorpiones y cría de cocodrilo momificada
Una repugnante cabeza de un simio decapitado el día anterior
Manejando serpientes vivas en el Templo de las pitones
A veces, cuando viajo a países lejanos, olvido la prudencia
No tengo un pendiente en la oreja; es la cola de la pitón
Fue un reto no muy agradable; especialmente, cuando
vi su lengua bífida entre mis ojos
Capítulos anteriores de la serie:
Mi mundo entre animales. 1.ª parte. 20 de enero de 2017
Mi mundo entre animales. 2.ª parte. 10 de mayo de 2018
Mi mundo entre animales. 3.ª parte. 8 de junio de 2018
Mi mundo entre animales. 4.ª parte. 15 de mayo de 2019
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