lunes, 27 de mayo de 2019

Cazadores de paisajes. Capítulo 4. Alejandro del Valle. "El hijo del viento"

Era el segundo día de luna llena. La galerna azotaba el Cantábrico. Decenas de grandes árboles, caían abatidos por el furioso viento y había muchos incendios forestales. 

Aquella tarde, volaban persianas, se rasgaban toldos, los letreros luminosos se rompían en añicos, mientras saltaban chispazos y los habitantes de la ciudad, se refugiaban en sus casas.

Mientras, una madre paría con dolor un bebé, que ya durante su gestación, había demostrado su inquietud. Eran las 19:25 horas del 13 de diciembre de 1989.

Había nacido Alejandro, el "Hijo del viento", que sería la ilusión y la alegría de la familia.

Aquél bebé, nos daría muchas satisfacciones, pero también nos helaría a veces el alma. 

No se me ocurre una expresión mejor, cuando recuerdo el día que a sus 6 años, se marchó de casa sin avisar, para saludar a sus amigos del mercado; o cuando se subió sólo a un autobús municipal en un "visto y no visto" o se encaramó muy alto en un árbol de gran envergadura

Teníamos un hijo hiperactivo y con ansias de explorar su entorno, más allá de los normales límites de su edad.

Era simpático, con mucho amor propio, ocurrente, polifacético, de fuerte personalidad, carácter independiente, con gran iniciativa, sensibilidad artística.... y tenía un insaciable espíritu aventurero.

Aquél niño, pasó a inquieto adolescente y luego a un joven confiado en su fuerza y en sus reflejos, para sortear los peligros de sus actividades cada vez más arriesgadas.  

Sus límites geográficos no tenían fronteras y recorrió con avidez el mundo, para conocer en la actualidad medio centenar de países de 4 de los 5 continentes.
Pronto surcaría los cielos  
en busca de sus paisajes soñados
Pisó el Km 0 en la Puerta del Sol 
de Madrid y pensó que era el punto 
de partida para la aventura de vivir 
No necesitaba mucho: una tienda de campaña,
un saco de dormir y unos compañeros de viaje
Era joven y quería conocer el mundo:
Tanzania

Marruecos
México
Argentina
Chile
Caverna de un glaciar
Tailandia
Camboya

Nicaragua
Cuba... 


Sentía predilección por los animales 
adoptó perros abandonados aún por educar...
...pero descubrió otras formas
 de segregar adrenalina


Conoció a Jesús Calleja, uno 
de sus referentes de aventura.
Subió montañas y volcanes
Monte Agung, Bali, Indonesia
Volcán. 3142 m
Cráter profundo de 800 m de diámetro. 
Últimas erupciones: 
 1963/1964, 2017 y 2019
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Cima del Monte Agung
 
Toubkal, Marruecos
Cordillera del Atlas, 4,167 m

Cima
Monte Kilimanjaro, Tanzania
5, 895 m, "El techo de África"
 Parque Nacional Karanga Hut
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Cumbre del Kilimanjaro 
Volcán Acatenango, Guatemala
Sierra Madre de Chiapas.
3,976 m
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Volcán de Fuego, Guatemala
3,763 m
Erupción de 2018: 319 muertos
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Volcán Barú o volcán Chiriqui, Panamá
3,475 m 
Desde él se divisa el Pacífico y el Caribe
Imagen relacionada

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Río y Gran Cañón del Colorado. Arizona
Profundidad media: 800 m; Máxima profundidad: 1857 m
Amplitud: 6,4 a 29 Km
Recorrido superior, descenso y
travesía junto al cauce del río
Imagen relacionada
Y muchas cumbres más










Esquí



Un día, vio volar las gaviotas en el mar. Quería 
ser libre como ellas y tal vez, pensó que nació
durante una galerna y era el
"Hijo del viento"
Estudió las corrientes del aire. Primero con 
cometas y luego, practicando kite surf



Voló con parapente usando las corrientes 
ascendentes y más tarde, con paramotor





Voló en avión ultraligero
Cabalgó sobre las olas


Rafting
Padel






Ama los amaneceres y los atardeceres. 
Se siente libre y vive la naturaleza

Si quieres ser feliz como
yo, aprende a volar


Navegación por ríos de selva
Caídas de agua


Submarinismo





Juego de tiburones
Espeleología
Travesía de selva
A veces, se encarama donde no debe...
...y otras, el Ángel de la guarda no puede protegerle.
Los que le queremos, nos preocupamos por él



Cuando era niño, sufría al verle golpearse, pero era bueno que conociera el riesgo y sus consecuencias, como parte de su aprendizaje de supervivencia. 

Alejandro es un verso libre, que quiere sentirse vivo y vivir intensamente. No siempre percibe el peligro, o tal vez, no le importa arriesgar para conseguir un propósito.

Conjugar aventura, libertad y seguridad, exige preparación técnica, corazón y cabeza;  arrojo y cautela.

Conjugar su derecho a la libertad con la tranquilidad de sus seres queridos, es también una responsabilidad y un acto de generosidad.

A veces, ha tenido percances de consideración. Es el precio a pagar cuando se tienta demasiadas veces la suerte cazando algunos paisajes.





2 comentarios:

  1. Y es mi querido vecino. Locos somos y la adrenalina es nuestra especia favorita.

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    1. Si, es estupendo y estoy muy orgulloso de él, pero siempre me tiene intranquilo. Ya sé que tú eres también muy aventurera. Me encanta que seáis amigos

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