martes, 31 de marzo de 2020

Chivatos de balcones

Wuhan, provincia de Hubei, China. Diciembre de 2019; un mercado popular; un virus asesino; contactos humanos; palabras, estornudos, besos, abrazos; fiebres, toses, mialgias, disneas, neumonías, muertes. Epidemia; alarma mundial; confinamiento en dictadura; hospitales de emergencia; lágrimas asiáticas.

30 de enero, Organización Mundial de la Salud; emergencia sanitaria; preocupación internacional; posibles riesgos en países subdesarrollados.

Europa; soberbia de imperios decadentes; democracias de libertad; epidemia, tragedia china, lejana y ajena.

Virus sin fronteras, ciego a las banderas; asesino de ricos y pobres y amante de muchedumbres.

España; "Mata más el machismo que el coronavirus"; mujeres a la calle, por cientos, por miles; goles de pasión en los estadios; muchedumbres por doquier; ninots de fallas; preparativos de Semana Santa; virus de muerte por las calles; toses, fiebres, neumonías; entierros.

31 de marzo; tragedia española: 94,417 infectados; 8,189 fallecidos.

Cura de humildad; confinamiento; acaparamientos de papel higiénico; chistes de internet; aplausos de balcones a batas blancas, uniformes verdes, boinas amarillas; cuidadores; transportistas; agricultores; donantes generosos....

Niños revoltosos enclaustrados; perros que pasean a sus dueños; miedo, música balconera, vecinos cansados y aburridos; multas a infractores de aislamiento, rebeldes sin causa o bromistas disfrazados.

Sanidad colapsada; personal sanitario enfermo; muertes, agotamiento; médicos, ATS y auxiliares jubilados al auxilio, arriesgando su vida, para defender vida....

Álvaro, un médico vocacional que acude a la llamada; una bici como transporte; balconeros enfadados; espías, jueces y chivatos; gritos desde ventanas y balcones, denostando a un hombre integro que les podría salvar la vida; o una madre que pasea un hijo autista...., 

Pueblo español, a veces ignorante y atrevido; noble, generoso, solidario, pasional e ingobernable; descendientes de viejas comadres, que a veces espían tras los visillos, juzgan y condenan sin otorgar el beneficio de la duda




















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