Entre mis sueños de paisaje, se encuentran los campos de tulipanes en Holanda, de lavanda en Francia, de canola en China, de arrozales en el sudeste asiático y de té en lejanos y exóticos lugares, como la India, Japón, Rusia o China.
Yendo a la India, tenía ganas de viajar hasta Darjeeling, con las ansias de mezclarme entre recolectoras de té y asistir a una ceremonia del té al más puro estilo británico.
No era sólo una aventura paisajista y culinaria. Esta ciudad, acostada en las faldas del Himalaya, ofrecía grandiosos amaneceres, un tren de carbón del siglo XIX, patrimonio de la humanidad y un lugar mítico y hermoso, donde se retiró el laureado sherpa que acompañó a Hillary en la conquista del Everest, el techo del mundo.
Volamos a Bagdogra y allí nos recogió una furgoneta que nos llevó durante 4 horas por una carretera estrecha, siempre ascendente y con un infernal tráfico rodado.
El guía nos enseñó en el camino, un viejo mapa del reino de Sikkin y Darjeeling, un reino ya desaparecido, ubicado a modo de cuña entre Nepal, Tibet y Bhután.
Al parecer, Sikkin tuvo una guerra con Nepal y los británicos acudieron "desinteresadamente" en su ayuda. Tras la contienda, los británicos permanecieron en el lugar e incorporaron el reino a su posesión colonial.
Tras la independencia de la India en 1947, la India mantuvo ese territorio bajo su dominio y así sigue en la actualidad.
Hay un movimiento separatista y periódicamente, hay conatos de violencia, arden casas y vehículos de políticos y hay algunos atentados.
Pensé que los ingleses les habían hecho "un Gibraltar", como nos hicieron a nosotros, cuando nos apoyaron, también desinteresadamente, en la guerra contra Napoleón.
Nosotros, perdimos el Peñón de Gibraltar, un lugar estratégico para asegurar la navegación británica para y desde sus colonias. Además, Wellington, espurreó su ADN, legándonos su apellido ya españolizado, como Huelin.
Nosotros, perdimos el Peñón de Gibraltar, un lugar estratégico para asegurar la navegación británica para y desde sus colonias. Además, Wellington, espurreó su ADN, legándonos su apellido ya españolizado, como Huelin.
Darjeeling "Dorje Ling o lugar del rayo", está situado a 2134 m de altitud y ofrece impresionantes vistas de los picos nevados, como el Kanchendzonga, que se eleva sobre los demás.
Conocida como la "Reina de las colinas", ofrece pequeñas cascadas, pequeños pueblos y una linea férrea de vía estrecha (60 cm), rodeada por famosos jardines de té y montañas nevadas.
Nos alojamos en el Mayfair, un hotel con encanto, al que dedicaré un artículo en exclusiva.
Estábamos agotados y algunos compañeros estaban enfermos; sin embargo, salimos a las 4 de la madrugada hacia una montaña, para disfrutar del amanecer del sol por la cadena del Himalaya.
Una multitud de hindúes y algunos extranjeros, esperamos la salida del astro rey en una noche fría y húmeda. Cuando se hizo la luz, las densa niebla del momento, nos impidió el paisaje y volvimos al hotel, ateridos y decepcionados. El Kanchandzonga y el Everest, se habían ocultado a nuestros ávidos ojos.
Tras un reconfortante desayuno caliente, fuimos a la estación de tren de Darjeeling, para disfrutar del viaje en un tren Patrimonio de la humanidad. .
Viajamos durante 40 minutos, a no más de 18 Km por hora, inmersos en un denso humo de carbón, mientras sentíamos el traqueteo del recorrido.
El tren tenía 4 pequeñas locomotoras de 4 ruedas (algunas con más de 100 años de antigüedad) y nos sentimos viajeros del siglo XIX..
Durante la época colonial británica, el tren pasaba por las plantaciones de té y recogía la recolección para llevarla a los centros de elaboración de la zona.
Posteriormente, visitamos un monasterio budista construido en 1875, hoy convertido en escuela budista, donde los adolescentes que han ingresado allí, se forman para ser monjes. Tuve la suerte de verles e incluso jugar al fútbol. Eran unos angelitos, pero corrían como demonios y además de agotarme físicamente, tiraron toda mi humanidad por el suelo. Tras ver un enorme buda de 5 m, en el templo, abandonamos el lugar.
Nos dirigimos entonces a una plantación de té, viendo un centro de elaboración, con maquinaria de la época colonial, una producción realmente empírica y sin los necesarios controles actuales de seguridad alimentaria. Por allí, no había pasado el tiempo.
A nuestro regreso, paramos en una plantación y nos mezclamos con unas mujeres que recolectaban las hojas de té. Al principio tuve mi precaución, pues los campos de té son propicios a la presencia de reptiles.
No era una plantación especialmente hermosa. las plantas estaban dispuestas desordenadamente y eran de una variedad achaparrada, no correspondiendo a las imágenes que yo soñaba.
Fue sin embargo un rato distendido, donde mis compañeras pusieron la alegría y la nota de color, hasta divertir como nunca a las sufrientes campesinas en su monótona y cansina labor de cortar con los dedos, las 3 últimas hojas de cada brote.
A las 5 de la tarde, nos ofrecieron en un hotel una ceremonia británica del té. Fue interesante, cara y francamente, esperaba mucho más del esperado ritual.
Nos dirigimos después a los comercios y puestos callejeros, donde especialmente, mis compañeras de viaje, escarbaban como gallinas, buscando tesoros de pashminas, de amoroso tacto y hermosos colores.
Andar al anochecer entre la gente del lugar, ver establos de caballos entre librerías, carnicerías "no mirables", tiendas de antigüedades y recuerdos o restaurantes "de aquella manera" fue una emotiva experiencia.
Agotados y con el estómago penando los picantes sabores del lugar, caímos en un profundo sueño en un hermoso lugar, donde los británicos de la época victoriana, veraneaban ajenos al tórrido calor de sus posesiones.
¡Viajeros al tren!
¡Aparta vaca!
Un alto en el camino. Con campesinos de las montañas
Tren museo
Escuela budista
Coches calcinados tras un atentado
Plantación de té
Tratamiento de las hojas de té
Campo de té en China
Campo de té en Sri Lanka
Campo de té en Taiwan
Campo de té en Darjeeling, India
Salida de Darjeeling hacia Kathmandú (Nepal), via Dehli
Un pequeño inciso. Sikkim en 1947 y por votación popular mantuvo su independencia, aunque bajo el protectorado del gobierno indio. En 1975, en un nuevo referéndum, la mayoría de la población voto en favor de la incorporación a la Union India y la monarquía de Sikkim fue abolida.
ResponderEliminarY quien tuvo la gloriosa idea de llevar la bandera del reino????
ResponderEliminarAyyyyyyy......
Hola Almut, tu aportación es interesante. Nuestro guía no nos contó esa parte, por lo que mi información era incompleta y posiblemente sesgada.
EliminarRespecto a la bandera: la primera foto que me hice con ella, fue en la cima del volcán Erta Ale, en el desierto del Danakil, Etiopía. Estuve en el borde del cráter y el volcán mostraba su magma amenazante. Me sentí orgulloso de llevar allí la bandera oficial de mi país.
Este tema, puede ser objeto de un debate muy interesante y me encantará mantenerlo contigo cuando tú quieras.
Por otro lado, he escrito un artículo introductorio sobre Nepal y me parece que vas a escribir nuevamente en mi blog.