miércoles, 25 de enero de 2017

"Zapatos por el mundo"

Los ateridos pájaros están en las espalderas de mis árboles frutales, dispuestos como párvulos en la escuela. Esperan que aparezca con la bolsa de alpiste y mijo para alegrarles la mañana.

Poco a poco, el reflejo de Paulov les ata a mi jardín, mientras confían en la pacífica bondad de quien les protege y cuida sin ser para ellos una amenaza.

Llegará el momento en que petirrojos, mirlos, gorriones y jilgueros, vengan prácticamente a la mano de quien le mima y protege.

Esto no es nuevo. Cuando volteo la tierra de la huerta en primavera, los petirrojos se acercan a mí confiados, para comer las lombrices y los pequeños bichejos que quedan al descubierto.

Más allá, en la ladera de la colina, unas vacas frisonas pisan la escarcha que tarda en marcharse, para disfrutar de la pradera.

Las ausentes gaviotas, confirma que está plácida la mar y no necesitan cobijarse de las tormentas.

Las garcetas bueyeras picotean el prado recientemente abonado, en busca de gusanada. Mientras tanto, se oyen lejanos disparos de cazadores, que disfrutan llevando muerte y tragedia, donde solo debería haber sosiego y belleza.

Mientras esto ocurre, el Trump hace de Trump, autorizando la construcción de oleoductos discutibles; Benjamín Netanyahu, aprovecha la ausencia de Barack Obama para construir más asentamientos; los coletillas españoles se sacan los ojos entre ellos y  Rodríguez Duterte, hace limpieza de drogadictos en Filipinas, aplicándoles sin garantías jurídicas, abortos con carácter retroactivo.

La vida sigue, cada uno con sus afanes y yo con los míos, solo que éstos son pequeños gestos de vida cotidiana y grandes sueños de "zapatos por el mundo"

Para mí, es un placer ver el gran mapa que cuelga en las paredes de mi casa, ver países, imaginar horizontes, humos de cocinas lejanas y bullicios de otras formas de vida.

Vietnam con sus misteriosas etnias y sus fantásticos campos de arroz tallados en sus montañas; el paraíso de la bahía de Halong; An Hoi con sus voluptuosas sedas;  la angustiosa red de túneles para la guerra en Cuchi....

Japón, con sus equilibrados jardines,; la silueta del volcán Fuji;  la masificación de sus ciudades, los maravillosos cerezos en flor y las dulces geishas entre pagodas de poblaciones rurales.......

Etiopía, con sus iglesias ortodoxas excavadas en la roca; el nhóspito desierto del Danakil, con sus salinas, un volcán activo y la tribu de los Afar; el sur salvaje con etnias pretéritas, como los mursis, los surmi o los hammer....

Noruega, con sus imponentes fiordos y su gran norte de bueyes almizcelros, renos, lobos y osos, añadiendo aún más aventura al frío blanco, con sus soles de media noche y sus auroras boreales,....

La gran Asia, recorriendo en los trenes Transmongoliano y el Transiberiano, los inmensos territorios de ojos rasgados en fríos imposibles,...

Y siempre, soñando con la vuelta, al calor de hogar, a mi rincón de la verdad, a la querencia de los míos, a recargar paz y a reafirmar raíces, trastocadas con tantos paisajes de vidas, razas y valores tan diferentes.

Mientras termino mis sueños y mis proyectos, tras mi viaje virtual, mis pequeños pajarillos parecen pedirme que les caliente el buche con comida.

El sol de invierno, ha asustado la blanca escarcha que ha huido a las sombras y yo, abro los ojos a la realidad del día, mientras sonrío por el privilegio de estar jubilado y sano, tener curiosidad y sentirme vivo.











No hay comentarios:

Publicar un comentario