Tres uniformes

Hace unos días, escribí un artículo sobre un mercenario español que conocí durante mi juventud en Francia.

Ahora, me viene a la memoria otra historia militar.

Conocí un alsaciano, que dirigía una empresa alimentaria y me dijo, que durante la Segunda Guerra Mundial, luchó con tres uniformes. 

No, no se trataba de combatir con diferentes unidades militares, sino de tres ejércitos diferentes.

Me explico:

La Alsacia y La Lorena, son dos importantes regiones centroeuropeas, que franceses y alemanes, siempre se han disputado.

Cuando los alemanes invadieron Francia, quien me contó su historia, les combatió con uniforme francés.

Tras la derrota francesa, los alemanes, le pusieron un uniforme nazi, alegando que no era francés, sino alemán.

Combatió así durante casi tres años, como soldado alemán, hasta que fue capturado por las tropas aliadas que combatían un nazismo en retirada.

Finalmente, los americanos, le consideraron francés y le enrolaron en su ejército, con uniforme norteamericano, debiendo combatir nuevamente a los alemanes.

Las mujeres alsacianas, que vestían habitualmente con un tradicional tocado de color rojo, lo habían trocado por otro negro, en señal de luto por la invasión alemana. 

Terminada la contienda, las alsacianas, volvieron al color rojo y mi interlocutor, se despojó definitivamente de los uniformes militares, "alistándose" esta vez, en la vida civil.

Reconstruido el país y aparentemente cicatrizados los traumas de la contienda, el protagonista de esta historia, me la contó, como si hubiera sido solo una curiosa anécdota de vida y guerra.

Cuando una guerra se desencadena, se producen miles de historias, la mayoría de ellas, de sangre, tragedia y sufrimiento. 

Pero la que he narrado, no deja de ser una extraña experiencia, entre la tragedia, la comedia y el riesgo de producir, cuando menos, un trastorno de personalidad.