En mi dilatada vida, he realizado numerosos viajes por el mundo. Europa, África y Norteamérica, han sido mis destinos habituales.
Han pasado 7 días desde mi vuelta de Australia.
He descansado de los vuelos de avión, casi me he recuperado del jetlag, me he adaptado al invierno de mi tierra, he abrazado familiares y recobrado los sabores del yantar.
He convertido mis vivencias en recuerdos, arrinconando algunos y ensalzando los que han supuesto un hito en mi camino.
He meditado sobre la forma aussi de entender la vida; he aprendido y mucho.
Momentos serpientes, sudores de calígula, rebaños de cebúes, sabores extraños, playas hermosas, selvas impenetrables, ríos inmensos, sonrisas por doquier y una fauna numerosa y peculiar, que ha llamado mi curiosidad.
Dragones de agua, Kookaburras, ornitorrincos, dingos, wallabis, canguros, koalas, todo un mundo nuevo para mí y mis emociones.
Permanecí durante 10 días en Bulburin, en el interior del Estado de Queensland, como ayudante de una familia, que tenía una serrería y una explotación ganadera.
He descansado de los vuelos de avión, casi me he recuperado del jetlag, me he adaptado al invierno de mi tierra, he abrazado familiares y recobrado los sabores del yantar.
He convertido mis vivencias en recuerdos, arrinconando algunos y ensalzando los que han supuesto un hito en mi camino.
He meditado sobre la forma aussi de entender la vida; he aprendido y mucho.
Momentos serpientes, sudores de calígula, rebaños de cebúes, sabores extraños, playas hermosas, selvas impenetrables, ríos inmensos, sonrisas por doquier y una fauna numerosa y peculiar, que ha llamado mi curiosidad.
Dragones de agua, Kookaburras, ornitorrincos, dingos, wallabis, canguros, koalas, todo un mundo nuevo para mí y mis emociones.
Permanecí durante 10 días en Bulburin, en el interior del Estado de Queensland, como ayudante de una familia, que tenía una serrería y una explotación ganadera.
En mis tres visitas a Brisbane, como punto de llegada, de salida y otro de transito, descubrí una bonita ciudad de sabor colonial.
Y Coffs Harbour, en Nueva Gales del Sur, la tierra que había acogido antes a mi hijo adolescente en tres veranos de idioma.
No vi Sidney y por lo tanto, me perdí el edificio de la Ópera, ni paseé por su bahía, ni vi su gran acuario.
Lo dejo para otra aventura, para visitar también Melbourne y Tasmania, tal evz, en un futuro no muy lejano.
Lo dejo para otra aventura, para visitar también Melbourne y Tasmania, tal evz, en un futuro no muy lejano.
Trabajé jardines, hice dos huertas, y viví la primavera y el verano de la costa este australiana.
Visité parques naturales, selvas, playas y manglares.
Y saqué muchas fotos, capturando con mi "negra" , los colores de mis recuerdos.
Y saqué muchas fotos, capturando con mi "negra" , los colores de mis recuerdos.
No hacen justicia mis fotos al esplendor de aquél paraíso. Al menos, el lector tras verlas, podrá cerrar los ojos, imaginarse allá, oír los silbos de raras aves, embrujarse con las intrincadas selvas, sentir las brisas marinas y soñar con una rica fauna, a veces peligrosa
El pueblo australiano, es un pueblo hermoso, cívico, respetuoso con el medio ambiente, amante del deporte y de la vida sana y especialmente. un pueblo muy sociable y feliz.
Yo también lo fui durante mi estancia.
Vengo cargado de sonrisas, abrazos, agasajos, y amigos.
En definitiva, una experiencia tan lejana como inolvidable. Un paraíso al que tan solo añadiría algunos edificios históricos y algunas costumbres de Europa. pero entonces, ya no sería lo que es.
Mi profundo agradecimiento a Darrel y Jo Hopf, que me acogieron en Bulburin, me dieron su afecto y me enseñaron lo mejor de su tierra.
Y también, a la gran familia Dale, que tanto en Brisbane, como en Coffs Harbour, reverdecieron una larga amistad de dos décadas, me mostraron su paraíso, me acogieron en su casa y me trataron como un hermano.
Guardaré siempre en el recuerdo todas las manifestaciones de amistad y sentimiento, pero me quedo con el reencuentro con Kate, Jenni, la señora Hoft, Wilson y el abrazo del Koala.
Guardo una foto del momento. Olía a eucaliptus, su tacto era suave, su mirada displicente y sus garras de cuidar.
Lo dicho:
Volveré al paraíso.
Mi profundo agradecimiento a Darrel y Jo Hopf, que me acogieron en Bulburin, me dieron su afecto y me enseñaron lo mejor de su tierra.
Y también, a la gran familia Dale, que tanto en Brisbane, como en Coffs Harbour, reverdecieron una larga amistad de dos décadas, me mostraron su paraíso, me acogieron en su casa y me trataron como un hermano.
Guardaré siempre en el recuerdo todas las manifestaciones de amistad y sentimiento, pero me quedo con el reencuentro con Kate, Jenni, la señora Hoft, Wilson y el abrazo del Koala.
Guardo una foto del momento. Olía a eucaliptus, su tacto era suave, su mirada displicente y sus garras de cuidar.
Lo dicho:
Volveré al paraíso.
Vivienda de Darrel and Jo Hopf, en Bulburin, Queensland
Mi habitación
La timba, o serrería de la familia
Magníficos perros pastores australianos
Viejos sombreros Akubra, una de las señas del
ganadero australiano
Cada tarde se celebraba con cerveza
Esta araña, me proporcionó el primer susto
Con la sombra del viejo caballo
La serpiente taipán que me heló la sangre
Rana afincada en bajante del tejado
El autor del reportaje, con un sombrero akubra
En la serrería
Puente sobre el río Brisbane, en
la ciudad del mismo nombre
Con Wilson y Kate Dale, sobre el río BrisbaneMi habitación en Brisbane, en una casa particular
que forma parte de una red mundial de casas de turismo
En casa de Adam y Jenni MacAnalen. Brisbane
Jenni
Reserva en Coffs Harbour. NSW
Puerto de Coffs Harbour
Dique artificial del puerto
Finca de Wilson y Kate Dale
Árbol jacaranda
Familia Dale
Salón de la casa
Cocina
Pavo salvaje
Con Zan, perra rodesiana
De reparto de comida como voluntariado
Matrimonio. Él, un héroe en la guerra contra los
japoneses en la II Guerra Mundial. Combatió en
Nueva Guinea Papúa
Ella, años después, ya viuda y encantadora
Ibis
En casa de un australiano de origen holandés
Botellón no, gracias
En el mercado
Señales de tráfico
Presentación de carne
Con Kate en un vivero
Tópicos típicos
Wilson en pleno relax
Mi plantación de gardenias
Cantando bajo la lluvia
Humedad y calor
Con los perros rodesianos, Zimba y Zan
Cafetería y tienda de café
Protección auditiva y solar
Con un water dragon
Piscina de la casa
En primer plano, la zona que podé,
donde apareció una serpiente venenosa
Huerta en fase de creación
Primera fase
Segunda fase
Gran interés por la comida orgánica
En casa de Jan MacDonalds
Jan MacDonalds
Punta del espigón en el puerto de Coffs Harbour
Jardín de los Dale
Mirador sobre la selva
Con Jan McDonalds
Lolita de Coffs
Un domingo en el mercado
Con vendedores de flores
Flores autóctonas australianas
Rocalla acondicionada por mí
Liana
Dingo
Ornitorrinco
Oscar y Jenni MacAnalen
Navidades tropicales
Eres incansable Miguel, sigue asì y viviràs muchos años!!!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Mariceli
Hola Mariceli,
ResponderEliminarGracias por seguir mi blog y por tu comentario.
Es cierto. No paro de viajar y de escribir. Algo tendréis que leer los lectores
Un abrazo,
Miguel