Ya son numerosos los pueblos y las comunidades del mundo que conozco. En muchos casos son etnias ancestrales cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos y en otros, son pueblos cuyas identidades culturales y raciales, se han difuminado en el magma de la globalización.
El Proyecto Josué, muestra en un arduo trabajo, las distintas comunidades existentes, con su distribución mundial. Reseña, por ejemplo, su origen, pero también, los nuevos asentamientos realizados por el mundo.
He navegado por sus páginas, recordando los diferentes grupos que he conocido en una vida rica en viajes, como consecuencia de mi vida académica, laboral o simplemente, de turismo.
De África, he recordado, los imraguens, harratines, peuls, zenagas y moros de Mauritania; los wolofs y los serers de Senegal; los mandinga de Gambia; los bijogos de Guinea Bissau; los angolares, caboverdianos, fangs y criollos de Sao Tomé é Príncipe y los criollos, chinos, gujaratis y tamiles de la Isla de la Reunión. También, los beduinos, tuaregs y chaouias de Argelia; los bereberes y rifeños de Marruecos; los bennas, chaggas y maasais de Tanzania y finalmente, hamer, mursis, karos, konsos, daassanecht, dorzes, afars, surmas y nyanganton de Etiopía.
De Asia, sólo destaco los cosacos de Rusia; los khmer de Camboya y los hmong de Vietnam.
De Australia, solo recuerdo una familia de aborígenes que conocí en un tren cuando viajaba desde Nueva Gales del Sur a Queensland y la verdad, es que me dio verdadera pena observar su degradación personal.
De Centroamérica destaco los mayas que encontré en Honduras.
En América del Norte, solo he visto un mosaico bastante heterogéneo. Se trata de un crisol de 488 comunidades diferentes, procedentes de todo el planeta, vestidos mayoritariamente de urbanitas.
Hay grupos que conservan sus culturas, costumbres y creencias originales y algunos de ellos, como los judíos, son muy influyentes en el país.
Afroamericanos, hispanos, chinos, árabes, irlandeses, italianos.., todos ellos, aportan un gran colorido multicultural en Norteamérica. Los chinos entraron fundamentalmene por California y el resto, por Nueva York, siendo la isla de Ellis, precisamente, ubicada junto a la Estatua de la Libertad, el punto de entrada y clasificación de la inmigración.
Sin embargo, son los WASP, (blancos, anglosajones y protestantes expresados en siglas inglesas), los que conforman la clase dominante del país.
Sólo conozco 14 estados de la Unión. No he tenido aún ocasión de visitar las reservas indias: navajos, apaches, comanches, iroqueses, kiowas, mojawks, o incluso los inuits de Alaska. Son los primigenios habitantes de América y se encuentran enclaustrados o diseminados y difuminados en el vasto territorio americano..
Todas las comunidades tienen un gran interés etnográfico, pero hoy deseo centrame en la comunidad amish.
Hace ya 20 años, vi la película "Unico testigo", de Harrinson Ford. La acción se desenvolvía en el entorno de la comunidad amish. y me hizo sentir una verdadera atracción por ella. Por ese motivo, viajé hace ya muchos años, desde Michigan a Indiana exclusivamente para verlos.
Los amish son una comunidad religiosa fundamentalmente de origen suizo y alemán, que emigró hacia los Estados Unidos huyendo de la persecucion religiosa.
Sus componentes, han conservado sus costumbres de tal forma, que permanecen casi anclados al pasado. Forman un ámbito cerrado y endogámico, con estrictas reglas de comportamiento y con unos signos externos muy peculiares.
La vida se rige con un consejo de ancianos, son muy religiosos, pacíficos, nada proclives a los avances tecnológicos y tienen un alto sentido comunitario y de solidaridad.
Fue emocionante visitar sus granjas y comer en un restaurante amish. Viví una jornada maravillosa de la que guardo un recuerdo magnífico. Debo confesar, que a pesar de su vida exenta de muchas de las comodidades que rodean el mundo moderno, no me habría importado formar parte de su comunidad.
Tal vez, el paisaje social que se vive hacia adentro, no sea tan idílico como parece desde el exterior, pero me parece un pueblo con muchos y atractivos valores humanos.
Lamentablemente, perdí las fotografías de aquella entrañable experiencia. Por ello, he debido recurrir a imágenes de internet, para documentar gráficamente este artículo, si bien, las dos primeras fotografías, son parte de una publicación mía sobre alimentación.
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