En mis experiencias Helpx, busco sobre todo,aventuras humanas. El color de la piel, la religión, el estatus de vida,... todo pasa a un segundo término en beneficio de una buena común unión.
Fue así como decidí venir a Bosnia y no lo he hecho solo esta vez.
Me acompaña en el viaje mi sobrino David, que a sus 16 años, cumple así la ilusión de viajar conmigo a alguna parte.
Iniciamos el viaje haciendo un Bilbao Lisboa, para ir desde allí hasta Zagreb, sobrevolando curiosamente, Bilbao. Desde allí, vinimos en autobús hasta Gradiska, ya en Bosnia, donde fuimos recibidos por un matrimonio serbio ortodoxo, cuyos hijos han volado, dejándolos con el síndrome del nido vacío.
Mi sorpresa fue encontrarme con una multitud de helpxers en la casa: una norteamericana de gran encanto y simpatía, un holandés, un irlandés y dos francesas. Para colmar la multitud, un hermano bombero de la dueña de la casa.
Los serbios son enormes. Ella, tiene un nombre difícil de pronunciar y un corazón acorde con su estatura.
La gran rubia, es una "hierbas" que todo lo apaña con sus conocimientos herbolarios. Que quiero un té, me endosa un cocimiento de otra cosa. Que tengo sed, me da un verde brebaje que te quita la sed y las ganas de tenerla. Que su marido se rompe la clavícula al volcarse su tractor, ella le coloca los huesos en su sitio y le cicatriza la herida abierta con una pócima casera.
Todo es ecológico, hermoso y armónico
El pequeño gran David, se ha integrado en el grupo internacional, trabaja de carpintero constructor de la cabaña en la que vivimos y es feliz comiendo enormes desayunos con 4 huevos y la correspondiente compaña.
Para mí, está siendo un día normal; he segado y le he pasado la hierba a las gallinas, he hecho una sopa para los cerdos y me dejado morder en el brazo, por un caballo que me manifestaba así su alegría al conocerme..
Continuará.
La gran rubia serbia
No hay comentarios:
Publicar un comentario