Arregle la plantación de tomates. Cada pellizco de poda, me recordaba mis abandonados tomates de casa, en pro de una nueva aventura humana.
Ya laborados, enfile mi afán hacia las caballerizas. David desboñigaba los boxes de los caballos. No era su ilusión de verano, pero cumplía con rigor su tarea. Pensé que era una excelente lección de vida que le formaría el carácter y el espíritu de servicio.
Luego vino una preciosa joven. 15 años, 1,90 m, bonita sonrisa, escultural figura y titular de la Selección Nacional Bosnia Junior de Voleibol. David abandonó su fétida tarea, para compartir con su coetánea el riego de las flores del jardín. Cambió la boñiga por la poesía, la sonrisa y la alegría.
Una furgoneta nos transporto a un lago. El agua no era especialmente límpida pero era su "Lago Azul". Sus ojos tenían un brillo especial y los juegos del agua, me trajeron a la mente, tiempos lejanos que no volverán.
Capture pequeños alevines, casi atrape unas ranas por el placer del pasado, vi preciosas libélulas de verdes y azules colores, mariposas y unas grandes moscas con alas cebradas, de cierta rareza.
Me metí en el agua y sentí el olvidado frío de la naturaleza. Un corro de helpers y de niños del país, jugamos al balón en el agua. Sólo me falto tirarme desde una liana o desde una rama de árbol a 5 m de altura. Me sentía joven y con ganas de de hacerme un par de bombas en el agua, pero mi debilidad de oídos me hizo frenar el impulso.
La comida fue espléndida.
Un viejo perro se ha pegado al cuerpo en el sofá y me transmite el rítmico movimiento de su jadeo
respiratorio. Mientras, bailo los dedos al son de mis neuronas para escribir la experiencia de viaje.
No se qué me deparara la tarde, pero he oído mi nombre en una conversación en serbio y algo será.
Mientras, voy momento a momento, como filosofaba Borges. Pues la vida esta compuesta de eso, de momentos y hoy los he tenido alegres, juveniles y refrescantes.
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