He ido con Kate al Dorrigo National Park.
Se trata de una selva tropical en toda regla, que ha sido levemente acondicionada, para facilitar su tránsito, entre árboles derribados, lianas y todo tipo de fauna, lo que incluye las serpientes.
Ayer, mientras saneaba la gran rocalla junto a la casa, sufrí sendas picaduras. Minutos después, dos enormes ronchas me mortificaron un buen rato.
Tuve que meterme en la piscina para calmar el picor y luego y tomarme un antihistamínico.
Esta mañana, para no repetir el tema con los mosquitos de la selva, me puse mi chaqueta antimosquitos ya usada en África y en Bosnia.
La protección fue excelente, aunque Kate, iba más a cuerpo gentil y unos jóvenes, para terminar de dar la nota, recorrían la selva en bañador, como si fueran la versión verde del Lago Azul.
Otra nota pintoresca, la dieron unos jóvenes padres con un bebé de 18 días, caminando hasta la mismísima cascada.
Ya he dicho que había lianas, serpientes, inmensos árboles, mayoritariamente parasitados por otras plantas, especialmente helechos, y también enormes árboles que se tenían en pié ya muertos.
Este artículo, no tiene suficientes palabras, ni las fotos, suficiente capacidad, para describir la belleza de esta selva.
Tampoco contiene la inmensidad de sonidos del lugar, en forma de murmullos de agua, sones de viento, roces de hojas, silbos de aves y algún canto de muerte desgarrando el momento
Basta de palabras y regalense los lectores con una abundante colección de fotos: paisajes, aves, árboles, serpientes, lianas. cascadas y hasta vacas
Visión superior de las copas de los árboles
Aves
Árboles, serpientes y lianas
Y vacas
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