Noche de poesía y sensibilidad. Estrella polar luciendo en un cielo limpio, sin grises algodones ni difusas nieblas que calan los huesos.
Una ligera brisa, refresca mi cara en la incipiente primavera. Los cerezos hinchan las yemas que darán placer rojo en mi paladar de verano. Algún mirlo asoma el aterido césped de mi jardín y aún no he visto balancear sus colas a los petirrojos.
Suenan en mis ecos internos los cantos del muecín, los aullidos de los perros y los cantos del gallo en la madrugada, pero ya estoy en tierra cristiana, de jamón y vino, de incienso y campanarios.
Y agradecido, pero aún aturdido por los trajines del viaje, oigo la expresión del mar de los sueños.
Hace décadas, soñaba las espumas del mar de barcos al sur, a tierras rojas de pieles negras. Vivía en Mauritania y veía surcar aguas hacia el Camerún, Sudáfrica, Angola...y soñaba el mar hacia el exotismo y la aventura.
El mar de los sueños. Una inmensidad de aguas de imaginación y sentimientos, que fluyen en mi interior. Un mar virtual, lleno de gaviotas etéreas, profundas simas, blancas olas, aguas procelosas y plateados cardúmenes.
Un hermoso, misterioso y profundo mar, desconocido a veces incluso para mí, de playas con cocoteros y blancas arenas. Con ilusiones que besan la orillas y con naufragios de amores pasados, que algún día perecieron en los embates de vivir la vida.
A veces, sueño despierto y otras, duermo los sueños de amor e ilusión, en el sopor de la noche. De cualquier modo, oigo cantos de sirenas, veo faros lejanos, rozo tortugas marinas, temo tiburones de sangre, río las vueltas de los pingüinos o el juego de las focas y admiro los picados de las aves marinas.
Es cierto. Sueño y río. Sueño y temo. Sueño y lloro, cuando un amor se va, naufraga o muere porque había hecho su travesía de vida.
Hay muchos tesoros ocultos en las simas de mi océano interior. Hay muchos barcos hundidos y medusas en las aguas de mi alma. Hay redes a la deriva, barcos fantasmas, velámenes desarbolados, angustias de destino y miedos a las tormentas por venir.
Pero hay espuma valiente, aguas cristalinas, peces de colores, y gaviotas volando los cielos de mi mar. Siento su oxígeno, su salitre y su bravura. Me ensalza y me asusta, me enamora y me sobrecoge.
El mar de mis sueños. Mi mundo interior. Poesía y dolor. Emoción y valor. El mar de mis sueños. El sueño de amar. El amor de soñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario