jueves, 2 de junio de 2016

Espíritu libre

Con arrugas, con muchos calendarios en mi mochila, con las suelas gastadas de tanto caminar, con los ojos cansados de tantos paisajes,..., así estoy yo, así soy ya.

Las calientes arenas del desierto; las frías nieves de montaña; las oscuras simas de la Tierra y las aguas de muchos mares, han sido testigos de mis anhelos y mis desvelos.

A veces, tengo en mis manos tubos con arenas de los paraísos pisados, los balanceo y juego con sus granos encarcelados, haciendo pequeñas olas del pasado.

Otras, corro con los pies desnudos, ligero de equipaje, por los senderos del tiempo que no volverán, mientras abrazo con ternura, los amores perdidos y las caras de mi árbol genealógico que ya no están.

Pasan como una exhalación, los suspiros apagados, los besos lanzados al aire o los robados, que también los hubo, los roces de piel amante, las miradas verdes, azules  o de miel, que escrutaron mi paisaje personal y siento un estremecimiento de amor para cada compañero de viaje del momento de mi vida.

Amores de abuelos, de padres, de amigos,... amores de amores, ternuras de sentimientos, picardías compartidas, veniales fechorías que duermen en el lago oscuro, vida que vivió y ya no vive,.... salvo en mis recuerdos y en mi corazón.

Cabalgo a galope por el pasado, pero aún sueño  muchos amores de gloria por los senderos del futuro.

Estoy encadenado a un viejo cuerpo que ha amado, ha sufrido y se ha elevado por el éter de la alegría, pero aún tengo el corazón joven. Aún tengo curiosidad por la vida y sueño con horizontes lejanos, con colinas por conquistar y nuevas miradas de amistad.

Soy un espíritu libre, con ansias de volar, capaz de emocionarse y de acompasar mis latidos con los de un alma amiga.

Soy un instante del Universo y sé que mi segundo de historia está pasando, pero aún tengo ilusión, curiosidad, capacidad de entrega y ansias de caminos, aunque sean pedregosos y empinados, porque aunque así fueran, me sentiré en ellos, como en un oasis de paz, sombra, verdor, leche y miel.

Porque los árboles viejos, además de mostrar la rugosidad de su textura, también florecen y atraen las abejas, dan sombra y embellecen la vida.

Soy un espíritu libre, bebiendo cada instante, evocando el pasado, viviendo el presente, soñando el futuro, hasta el final del final.

Y cuando la arena de mi reloj termine de caer, confío que el Creador le de la vuelta, para estar vivo de nuevo, aunque quien sabe, bajo qué nombre, en qué continente y con qué color.

3 comentarios:

  1. Hola Miguel,así MEGUSTA que nunca decaigas..... eres único..besos.

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    1. Gracias, desconocido lector, por tu comentario, leído con 8 años de retraso.😊

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  2. Hola Miguel,así MEGUSTA que nunca decaigas..... eres único..besos.

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