martes, 27 de agosto de 2019

Benin 6. Danza de la etnia Yoruba

Ya conocía una Yoruba antes de viajar a Benín, se llamaba Bridget. Estaba previsto que fuera el padrino de su boda con un español en la Embajada de Nigeria en Guinea Bissau,

Esta etnia, representa el 30% de la población nigeriana. Son unos 40 millones de individuos. Benín, tiene una importante colonia de yorubas, a donde llegaron en el siglo XII. Los yorubas están presentes en numerosos países americanos, dado que fueron esclavizados y vendidos en el nuevo continente.

Cuba, Haití, la República de Santo Domingo, Puerto Rico, Venezuela, Brasil, Colombia, Uruguay y Argentina, tienen muchos negros de origen yoruba. En Haití se practica vudú con influencia de Benín y de Nigeria. Los yorubas han dado lugar a diversas religiones del Nuevo Mundo, como la Santería, el Africanismo o el Candomblé.

Asistimos a una danza Yoruba que organizaron en nuestro honor. Fue un espectáculo auténtico, en el que participaron espontáneamente muchos individuos. La rítmica música africana, las frenéticas danzas con cascabeles en los tobillos y las diferentes máscaras usadas, eran la representación viva de la historia de un pueblo. Estas danzas, suponen un vehículo de transmisión no escrita de la historia y las costumbres de la etnia. 

La música es repetitiva e intensa, de modo que los participantes y asistentes a la danza, entran casi en trance.

Como ya era habitual, decenas de niños surgían por doquier, peleándose por estar junto a nosotros, aunque al principio, huían despavoridos a cualquier intento de hacerles fotos. La danza Yoruba, sería, junto a la Somba y la del Vudú, las tres manifestaciones folclóricas que me impresionaron gratamente durante nuestro viaje.

Casi al finalizar el prolongado espectáculo, bebimos un fuerte aguardiente hecho a partir de vino de palma de aceite. No quise pensar en el riesgo del alcohol metílico. Me dí un copazo a "que sea lo que Dios quiera" y sentí cómo el fuego recorría mi esófago.

Lo demás, lo cuento en imágenes. Ángeles tuvo en su regazo un precioso yorubita, que lloró amargamente, cuando un danzante que hacía de malo se le acercó. Esta vez, no fue ella la causante, sino la que consoló al pobre niño.








El danzante malo
El yorubita llorando















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