El título de la crónica, es un proverbio que refleja el saber popular. Es de escasa delicadeza, pero tiene el valor de la autenticidad del pueblo, que transmite el saber de la tradición oral.
Quiere decir, que cuando hace mal tiempo, las gaviotas se refugian en tierra y los marineros que están en la mar, corren grave peligro.
Esta mañana, han sobrevolado mi jardín numerosas gaviotas. A veces, lo hacen cuando echan estiércol en los campos, pero esta vez, no ha sido el caso.
El tiempo está revuelto y la mar está picada; llueve y en algunas partes de España, hay inundaciones.
Hay penas y llantos por los bienes perdidos. Incluso, ha habido alguna vida arrastrada por las aguas.
Hay penas y llantos por los bienes perdidos. Incluso, ha habido alguna vida arrastrada por las aguas.
Recordaba mi corta época en la mar. Estaba en las frías aguas del Mar del Norte, a la pesca del bacalao, no lejos de Islandia.
Era la primavera del 72 y navegaba como parte de mi formación, en un pesquero bretón.
Dormía en "cama caliente" y me mareaba al ritmo de las olas y el olor a carburante. A veces, tenía miedo.
Entonces, recordaba el famoso cuadro Y aún dicen que el pescado es caro.
Pero esta vez, la tragedia no ha sido en el mar, ni tampoco el mal tiempo ha sido el responsable.
Un avión que cubría la línea Barcelona - Düsseldorf, ha hecho un crash en los Alpes franceses.
150 vidas perdidas. Numerosas familias destrozadas. Lágrimas en varias naciones. Tristeza en los corazones de los bien nacidos.
No, esta vez, no ha sido el mar, el testigo de la muerte, sino la nieve de los Alpes, en el corazón de Europa, que se ha teñido de luto. .
¡Que la tierra les sea leve!
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