Los muertos invisibles

En los últimas décadas, hemos experimentado un importante aumento de la expectativa media de vida. 

Si en los años 50 del pasado siglo, la edad media de vida de los españoles, era de 56 años en hombres y 63 años en mujeres, en la década actual, es de 79 años en hombres y 85 años en mujeres

No es descabellado pensar, que puede llegarse al menos a los 100 años de edad, correspondiendo a las mujeres, mas longevidad que en los hombres.

Cada bebé al nacer, tiene una carga genética, que le otorga una determinada expectativa de vida. 

Sin embargo, el entorno ambiental, los hábitos de vida y de alimentación, las condiciones laborales, la seguridad ciudadana, la del tráfico rodado, etc., van disminuir la cifra inicial.

Podría decirse, que cada bebé, nace con un capital de vida y que cada acto o cada circunstancia inadecuada, le resta un talón de tiempo de existencia, en su cuenta corriente vital.

Una deficiente alimentación, podría ocasionar la disminución de 5 años de vida. Exceso de comida, nutrición desequilibrada, falta de higiene alimentaria, etc., todo influye negativamente.

Si consideramos que en España somos 46.725,164 habitantes, perderíamos entre todos, 

233,625,820 años. 

Si pensamos que la expectativa media de vida puede ser de 100 años, quiere decir, que en una generación, se perderían 2,336,258 (dos millones trescientos treinta y seis, doscientos cincuenta y ocho ) muertes, lo que equivaldría a 23,362 muertos anuales.

Si hacemos un estudio comparativo por otros casos de fallecimientos, los datos son concluyentes:

Número de fallecidos en accidentes de circulación en 2014:     1,131

Número de fallecidos por accidentes laborales en 2013:             540

Número de asesinatos en 2012:                                                    364

Muertos invisibles anuales estimados:                                    23,362

Cuando se produce una noticia impactante, se genera una alarma social justificable; por ejemplo, el del matrimonio español asesinado en un acto terrorista en Túnez.

Sin embargo, no reaccionamos de igual forma, con la pérdida conjunta de tantos años de vida, porque no nos damos cuenta; porque nos morimos a plazos, de forma imperceptible.

Que sirva esta teoría, como elemento de reflexión