En mis 42 años de ejercicio profesional, he luchado por ser mejor, ser más útil a la sociedad y mantener dignamente a mi familia.
Para ello, he debido estudiar permanentemente, trabajar sin denuedo, sortear obstáculos y defender mi estatus y mis valores personales.
A lo largo de la vida, he debido tratar con toda clase de perfiles humanos.
He conocido altos dignatarios, humildes personas de gran altura humana, tiburones, parásitos, trepas, malandrines, ambiciosos sin límites y una enorme cantidad de gente buena, que se esfuerza en ser feliz y alcanzar el bienestar de los suyos.
Mi vida profesional ya ha terminado y he querido transmitir a los jóvenes colegas que me han sucedido, unas perlas de experiencia, que pueden aplicar en la noble tarea del servicio a los demás.
No hago más, que transmitir los valores que previamente, me enseñaron a mí
No hay comentarios:
Publicar un comentario