Llegado el momento, una colmena de abejas, se divide en dos, se forma un enjambre y coloniza otro lugar.
Cuando la fuerza surge del interior, se forma una nación y no solamente afianza su territorio, sino que inicia un movimiento expansivo allende sus fronteras, invadiendo nuevos territorios.
Es cuestión de fuerzas contrapuestas, dominando aquélla que tenga más poder.
Cuando España terminó la Reconquista, su fuerza interior y evidentemente, el descubrimiento de América, determinó la creación de un imperio.
Cuando los norteamericanos lograron su independencia del imperio británico, se pusieron los cimientos, de lo que sería el imperialismo norteamericano.
Los ricos y vastos territorios del norte de América; la pujanza y el carácter pionero de sus colonos, abriéndose camino hacia el oeste; la absorción de antiguos territorios franceses, la adhesión de grandes extensiones del sur, arrebatadas a México y la compra de Alaska a los rusos, ampliaron enormemente los Estados Unidos de América.
Posteriormente, a finales del IXX, el gran capital americano, fijó sus ojos en dos territorio españoles: Cuba y Puerto Rico.
Los EEUU, quisieron comprar dichas posesiones, a una España decadente, pero nuestro país, no aceptó. Sólo quedaba a los americanos, el uso de la fuerza y una excusa, para comenzar la invasión.
El hundimiento del Maine, por accidente o por los propios norteamericanos, fue la excusa esperada.
EEUU, culpó a España del hundimiento de su barco y nos declaró la guerra.
Fue una contienda desigual. España perdió y con ella, sus dos perlas del Caribe, sin olvidarme de Filipinas, donde combatió un bisabuelo mío.
Puerto Rico, acabó en la órbita de los EEUU y Cuba, se convirtió en su sala de fiestas.
El triunfo de la revolución cubana, determinó la caída del dictador Batista y la aproximación de la isla, a la esfera comunista, que lideraba la extinta URSS.
Entonces, Cuba, sufrió el bloqueo económico norteamericano, que ahora parece acabar.
En Charlotesville, una ciudad del Estado de Virginia, hay una placa conmemorativa, de todos sus hijos, muertos en la guerra contra España.
Tuve ocasión de leer los nombres de los que perdieron su vida, por la ambición imperialista de unos políticos.
Sentí pena por ellos, pero sobre todo, dolor por la muerte de mis compatriotas y por la derrota de mi país.
Estados Unidos, al igual que España, en otro momento de la historia, había lanzado con éxito, su enjambre, para colonizar nuevos territorios.
Asistí a la graduación de un hijo, en la Universidad de Charlottesville.
La mujer de un compañero norteamericano, se levantó para recoger el diploma de su marido, pues él acababa de incorporarse a la Guerra de Iraq.
Todos los asistentes, puestos en pié aplaudieron el momento. No en vano, numerosos coches de Virginia, llevaban una pegatina diciendo:
"Nosotros apoyamos nuestras fuerzas armadas"
Han pasado 117 años desde la Guerra de Cuba. Entonces fue el Maine y no hace mucho, fueron las "armas de destrucción masiva"
En la actualidad, Puerto Rico es un Estado Asociado de los EEUU, Cuba parece evolucionar a un régimen de libertades, España y EEUU, son dos países aliados y quien suscribe, tiene dos nietos norteamericanos.
El Maine
Hundimiento del Maine
Prensa norteamericana arengando a los norteamericanos
Soldados españoles embarcando para Cuba
Soldados españoles en Cuba
Militares norteamericanos en Cuba
Universidad de Charlottesville
La Rotunda.
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