No soy "un loco por las hierbas", ni soy un "fumata" que ve en cualquier verde, un objeto de humo flipante.
Tan solo soy un carnívoro moderando el excesivo consumo de proteína animal, por convencimiento de salud y porque cada vez pienso más en la protección animal.
Puede decirse, que me acerco a la dieta vegetariana, sin llegar a su grado más heroico.
Porque una pata de guarro ibérico "abellotada"con su pezuñita negra, su corte marmóreo y su grasita brillante, es un placer irrenunciable. Y porque tampoco es fácil olvidar un chuletón de buey a la brasa, por mucha brasa que den, para que no comas un chuletón.
Tan solo soy un carnívoro moderando el excesivo consumo de proteína animal, por convencimiento de salud y porque cada vez pienso más en la protección animal.
Puede decirse, que me acerco a la dieta vegetariana, sin llegar a su grado más heroico.
Porque una pata de guarro ibérico "abellotada"con su pezuñita negra, su corte marmóreo y su grasita brillante, es un placer irrenunciable. Y porque tampoco es fácil olvidar un chuletón de buey a la brasa, por mucha brasa que den, para que no comas un chuletón.
Respecto al humo de hierba: jamás he fumado un porro y eso que durante 4 años, custodié bastantes toneladas de hachís, en tanto que autoridad sanitaria.
Fueron tiempos ya muy lejanos, en los que el único "colocón" sufrido, fue un accidente en el cumplimiento del deber, destruyendo mediante cremación, los alijos aprehendidos.
Recuerdo un acantilado de Melilla, acompañado de funcionarios de Sanidad, responsables de Justicia y de la Guardia Civil. Intentamos quemar sin éxito, la droga con gasolina.
Se produjo una intensa humareda, que la brisa del mar llevó al corazón de la ciudad.
"Como por el humo se sabe donde está el fuego", acudieron decenas de porretas, como los ratones al queso. Todas las autoridades presentes, estuvimos vigilantes y cuando acabamos el trabajo, estuvimos notablemente perjudicados, por el humo tentador.
Tampoco me atraen los bizcochos o las mantequillas con marihuana, ni me apetece "rumiar" el "pasto de trigo"
No, mis placeres de hierbas, son mucho más livianos y confesables, aunque no menos placenteros.
Recuerdo un acantilado de Melilla, acompañado de funcionarios de Sanidad, responsables de Justicia y de la Guardia Civil. Intentamos quemar sin éxito, la droga con gasolina.
Se produjo una intensa humareda, que la brisa del mar llevó al corazón de la ciudad.
"Como por el humo se sabe donde está el fuego", acudieron decenas de porretas, como los ratones al queso. Todas las autoridades presentes, estuvimos vigilantes y cuando acabamos el trabajo, estuvimos notablemente perjudicados, por el humo tentador.
Tampoco me atraen los bizcochos o las mantequillas con marihuana, ni me apetece "rumiar" el "pasto de trigo"
No, mis placeres de hierbas, son mucho más livianos y confesables, aunque no menos placenteros.
A los efectos de entendernos, declaro hierba, todo aquello que no sea un producto alimentario de origen animal (POA)
Cada uno de de mis hierbas habituales, tiene su momento.
Uno de mis placeres, es "pastar" lechugas, endivias, canónigos, berros, espinacas y otros verdes, dentro de las hierbas sagradas de mi menú de "desintoxicación"
Por supuesto, hago uso de algunas hierbas reales.
El perejil, por ejemplo, es un buen compañero en mis condumios y en muchos casos, un buen verde para sumar al ajo
Uso la hierbabuena en muchos tiempos; para un mojito de aperitivo, para un "mentoleo" de la sopa de cocido o para un esplendoroso té moruno de tres historias: el primer vaso amargo, el segundo verde y el tercero dulce.
Una mezcla de 10 especias facilita el aderezo del auténtico pinchito moruno, que me proporciona el momento picantito en tardes de barbacoa o en noches de sabores bajo las estrellas.
El secreto de su placer, lo proporciona una sabia combinación de orégano, alcaravea, cúrcuma, cilantro, cominos, pimienta, anís, ajo, clavo y cayena.
Un queso a las finas hierbas o un orujo de hierbas, son placeres de paladar agradecido Un té del puerto, mezcla de hierbas recolectadas en los Picos de Europa, con su indispensable chorro de orujo, es también proclive al pecadillo gastronómico,
Por contra, no estoy mucho en el mundo del romero, el tomillo, o el laurel, pero disfruto de la albahaca, como complemento del tomate fresco.
También están las tisanas, que las hay para todos los gustos, sabores y fines; el mejor de ellos, el placer caliente de la bebida, sin olvidar las funciones digestivas, tranquilizantes, carminativas, adelgazantes y muchas más.
Pero la "hierba" preferida de este escribidor, es el té, el auténtico e incomparable , taxonómicamente conocido como "Camelia sinensis". Verde, negro u oolong, con sus variantes de sabores, fermentaciones y tamaño de hoja, todos son excelentes.
Hay otra manifestación vegetal, como el escaramujo, también conocido como karkadé en Egipto, bishop en Senegal o "agua de Jamaica" en México.
Aparte del romanticismo de su nombre, proporciona una acidulada bebida de exultante color rojo, que calienta el monago, con un buen deleite lingual y un tinte de poesía.
Mis "momentos hierbas", son pues inofensivos minutos de sabores fríos o calientes, de placer de sofá, muchas veces, compartiendo la escritura.
No soy un "porromán", ni un "masca hojas de coca", ni como ni bebo "pasto de trigo".
Tampoco me seduce especialmente la "hierba mate". Que me perdonen nuestros hermanos del "Cono sur", pero prefiero el té, ya sea en su rito moruno, inglés, ruso, chino o japonés.
Sí, es cierto, tengo algún "momento café", como excepción que confirma la regla, pero tampoco me llama tanto como la "camelia sinensis"
Este no soy ni seré yo
Esta "hierba" no es la mía
Chuletón de buey
Queso a las finas hierbas
Orujo con hierbasHierbabuena
Mojito
Té del puerto
Sopa con hierbabuena
Muestras de té
Tisanas
Indígenas vendiendo hoja de coca
Indígena mascando cocaHierbas aromáticas
Producción doméstica de plantas aromáticas
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