Provincia de Madrid. Reunión de la gran familia. Abrazos, sonrisas, jardín, barbacoa, noche, brisa y frío.
Poco a poco, la humedad y el frío, caló en mis huesos. Aguantaba inconsciente, incauta y tontamente.
Ni todavía era verano ni yo era ya joven. El problema estaba servido. Ligeros escalofríos y dolor de cabeza.... el proceso acababa de empezar.
Seguí a Córdoba y un sol justiciero abrasó mi cerebro, pero aguanté dos días más. Continué a Sevilla y mi cuerpo cayó finalmente derrotado en mi tierra de origen. Mi vuelta en coche hasta el norte, fue en plan de copiloto paquete. Mi cuerpo, un kit de estornudos, rinorrea, aturdimiento y abatimiento.
El hogar me reconfortó, pero sigo enfermo varios días y aún no he terminado de levantar cabeza.
Distraje mi "tiritoso" cuerpo, con la radio y la televisión. No tenía más opciones dado mi estado de inapetencia general y postración. Fue una mala idea. Los programas idiotas, me hastiaron y las noticias políticas, me hicieron casi tanto daño, como los gérmenes que gobiernan mi enfermedad.
Oír los sofismas de los políticos, pastoreando votantes, como si fueran borregos idiotas No fue gratificante. Se sucedían los bajonazos entre los políticos, jugando con los intereses de España, los sentimientos de la gente y su escasa formación general.
Pensé en la trágica situación española, manipulada por políticos corruptos, egoístas e irresponsables. Concluí que nuestra clase política es una lacra que corroe nuestro país, envenena nuestra convivencia y compromete nuestro futuro como nación.
Son muy escasas, las instituciones que se salvan de la corrupción generalizada y son muchos los enemigos internos y externos de nuestra nación:
Paro; corrupción; populismo; separatismo; comunismo en tono lila, rosas de ambición a cualquier precio; conservadas en aguas de progresismo y sectarismo; y un partido serio, insuficiente, que ha quemado parte de su patrimonio moral, como la mariposa que vuela hacia el sol, lleno de mangutas, trincatelas y choripanes.
Si antaño la España de Suárez, con su minoría mayoritaria parlamentaria, debió sortear mediante pactos, los riesgos de una España roja o rota, es decir, marxismo o independentismo, ahora podemos caer en un "Tres en uno": roja, rota y arruinada.
Se ha perdido el espíritu de consenso del inicio de la democracia. Los nacionalistas se han tirado por la pendiente, la izquierda montaraz, intenta reescribir la historia de la guerra que perdió hace 80 años y se intenta enfrentar nuevamente a la sociedad.
Faltan políticos con sentido de Estado. El electorado no está suficientemente formado y dependemos de muchos chiquilicuatres políticos. Estamos ante "la tormenta perfecta", que puede destruir definitivamente España o despertar al caballo de Pavía.
El frío traicionero me dejó postrado y ese mismo frío, está calando peligrosamente en la situación política española.
Aún es tiempo de generosidad, patriotismo y sentido de Estado. Hemos soportado estoicamente unas elecciones penosas, con mensajes publicitarios y no programáticos, 4 meses de limbo político y nuevamente, nos someten al circo de las ambiciones, la demagogia y la manipulación.
Si esta vez, los políticos vuelven a fracasar, no se hablará de "cordón sanitario", sino de "vaciado sanitario". Es decir, será inevitable una profunda renovación de los partidos políticos, desterrando al ostracismo a los actores de esta pésima novela.
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