Ya nos hemos adaptado a nuestra vida europea. Cada cual, a su afán, con las prisas de las Navidades, las comidas de empresa, los agobios de los regalos y en definitiva, del estrés y el consumismo.
Queda sin embargo el regusto de la reciente aventura africana, la nostalgia de la vida salvaje en un paisaje auténtico, lejos de semáforos, alarmas y luminosos escaparates que nos aturden y nos venden lo material como el éxtasis de una falsa felicidad.
Cada uno de nosotros, piensa en sus nuevos sueños no siempre coincidentes, pero todos deseamos sintonizar los sentimientos con nuestros seres queridos.
Hay quien se lleva los huesos al Nueva York navideño, quienes quieren mazapanes en su pueblo y quien como yo, ansía los abrazos de los hijos desparramados por el mapa.
Mi mochila está inquieta en el armario, como el caballo o el galgo de carreras en su cajón, o como la paloma mensajera, en su jaula, que espera ansiosa desafiar las distancias, los accidentes geográficos, el viento, el granizo, la lluvia y las aves de presa, para volver a su querencia.
Y no le falta razón.Tras abrazos y polvorones, pasadas las uvas y los Reyes de ilusión, sudaré el trabajo en Argelia o bordearé el río Omo del agreste sur etíope, en busca de una nueva y gran aventura humana.
Mientras tanto, miro mi pasado reciente y solo veo los colores de la amistad y del paisaje de Tanzania, que ahora me place compartir.
Miguel Ángel y yo con nuestras particulares "Reinas de África"
Observatorio de fauna acuática en Lago Manyara
Una elefanta con su cría. Lago Manyara
Una masai en el camino
Marisa en "Alianza de civilizaciones"
Masais, guerreros y ganaderos
El entrañable mundo de las mujeres masais
Un recuerdo imborrable
Mercedes había soñado este momento. Conozco su cara de felicidad
¡Qué blancos y qué raros son estos guiris!, parecen decir en suahili
Las mujeres son felices y eso que no tienen Corte Inglés
El clásico salto masai
Solo resistí dos saltos
Ana nunca había imaginado esta aventura
pero ahora, está enamorada de África
Ana y Mercedes; Mercedes y Ana
No se conocían, pero parecían hermanas siamesas
Preciosas chabolas, sin hipotecas, ni impuestos
La primera del marido; la siguiente de su primera mujer;
la otra de su segunda mujer,...y así hasta que se canse
Las mujeres masais se rapan la cabeza
Gacelas
El maravillosos cielo de la sabana, con sus lluvias masivas y espectaculares
Las preciosas cebras de Grant, cuyas rayas son para ellas, como nuestras huellas dactilares
Anaranjado y hermoso atardecer en la sabana
Pinchazo y desahogo
Descarados y simpáticos cercopitecos de cara negra
Ensayando la gran migración hacia los verdes pastos
Dik dik, el antílope más pequeño del mundo
Ñus de barba blanca
Camada de leones
Nubes llorando
Morros de sangre
De Cárcar al Serengueti
Siempre he preferido la tierra salvaje a la moqueta
La inmensidad del cráter del Ngorongoro
Ensaladita de acacia
Erase un pueblo masai
Búfalo, garzas y gallinas de Guinea
Safari significa viaje
La perla del Ngorongoro: un rinoceronte negro
Peculiar forma de comer
Pronto habrá nuevas rayas en la sabana
Estos turistas son muy pesados. Me cambio de charca
El Rey de la selva fotografiado con un gran teleobjetivo
Probablemente el de la izquierda sea macho y la de la izquierda, con la cara más fina, sea hembra.
Avestruz macho
¡Cú cú!
Leona herida y aturdida, refugiándose bajo nuestro coche
Sangraba por una contusión en el anca derecha
Por el tipo de herida, debió ser revolcada por un búfalo
Niñas musulmanas en los aledaños del Ngorongoro
Por azar, las niñas parecen danzar a nuestro derredor
Dos amigos blancos y una moja luterana
De esta guisa, me protegía del frío viento y del polvo
mientras viajábamos con el techo levantado
Preciosa foto de una mujer en un arrozal
Solo las negras saben lucir los grandes colores
Con el futuro de África
Ojos que tanto han visto
Hermosa estampa ganadera
Dos damas y un flamboyant
El autor con las tres sonrisas del viaje
También la bouganvillea era hermosa
Mientras fotografiaba la belleza del paisaje, apareció una hermosa mulata
¿O fue al revés?
Los 5 magníficos en la exótica Maldivas
Barca de pescadores
Marisa con Aleluya, un joven masai
Hermosas cabañas con una sorpresa
¿Sufriendo? la broma de la negra y sonriente "sorpresa".
Tuve que sujetarla el brazo. Mi cara era un poema
Zanzíbar, mezcla de colores de oriente y occidente; de Asia y África. Isla de los sueños
El famoso restaurante "La Roca"
Las Reinas de África en todo su esplendor
Mazmorra donde encerraban hacinados a los esclavos
Monumento en recuerdo de la deleznable esclavitud.
Desde la isla de Zanzíbar, embarcaban los esclavos para Asia y América
Siempre es un placer posar con una joven y guapa mujer
Una turista británica, probablemente de origen hindú
posó para mí y me regaló su maravillosa sonrisa
La juventud y la felicidad, ensalzan aún más la belleza
Me puse de rodillas, le dije que la quería y le pedíque se casara conmigo. Ambos lloramos de risa.
Trabajaba en una oficina de información turística. le pedí
posar para mí y me dedicó una maravillosa sonrisa
No hay comentarios:
Publicar un comentario