Llegamos a Ben Tre el 1 de marzo y tomamos un barco que nos llevó a través de los estrechos canales, rodeados de una densa vegetación hasta el corazón del delta. Un mundo completamente diferente donde la vida se desarrolla alrededor del río. A lo largo del día, degustamos muchos de los productos locales, como frutas exóticas y autóctonas cultivadas en los huertos del Delta.
Tuvimos ocasión de ver una fábrica artesanal de ladrillos, que eran precocidos al sol y cocidos en hornos o bóvilas de ladrillos, al calor del fuego con cáscara de arroz. También visitamos una fábrica artesanal de carácter familiar, de caramelos de coco, complementada con un comercio de artesanía a base de fibra y la cáscara de coco.
Durante el viaje de Vietnam, he podido comprobar la gran imaginación de los vietnamitas, para aprovechar recursos naturales como el bambú, el arroz y el coco. En cierto modo, es lógico, pues 90 millones de vietnamitas pensando en posibles usos de sus recursos más abundantes, dan para mucho. Alguien dijo una vez, que "no hay temas acabados, sino hombres acabados" y 90 millones de inquietos ojos rasgados de nariz corta y manos trabajadoras, dan realmente para mucho.
Durante el trayecto por tierra, usamos un vehículo llamado Xe Loi", con cierta similitud con nuestros antiguos motocarros de mediados del XX, para desplazarnos por estrechos caminos que se abrían entre la vegetación.
Utilizamos también una embarcación a remos para desplazarnos a través de los canales de la zona.
En el trayecto, comimos en un exótico y mágico lugar, donde nos sirvieron un pescado llamado "pez de oreja de elefante". Era feo como un demonio, pero fue un auténtico placer disfrutar de la gastronomía típica del lugar.
El 2 de marzo embarcamos en el muelle de botes de Ninh Kieu, navegando por el Delta del Mekong a fin de ver su mercado mayorista flotante.
Vietnam vive en gran parte sobre el agua. Los agricultores, llevan sus productos en barcazas, donde comerciantes mayoristas, compran sus mercancías sobre el agua.
Los propietarios de las barcas, izan un poste con la mercancía que venden y se produce un gran trasiego de embarcaciones, que van y vuelven, casi con el mismo frenesí que lo hacen los motoristas en tierra.
Alrededor de esa barcas, donde muchos viven de forma permanente, hay una serie de embarcaciones menores, con todo tipo de ofertas:sopas, cafés, bocadillos, refrescos, lotería, ..., piensen en cualquier producto que fuera menester con la seguridad de que siempre habrá un avispado vietnbamita ofreciéndolo en su lancha.
Era curioso ver numerosas barcazas con motores de camión adaptados para tal fin, usando para ello, un largo eje que le une a la hélice.
Un mercado extraordinariamente interesante, auténtico y yo diría costumbrista, que refleja la frenética actividad de un pueblo laborioso.
Estanque de nenúfares
Venta de perlas cultivadas producidas en Vietnam.
Peculiares chanclas y monederos, hechos con cabezas o con
garras de cocodrilo.
Uno de los brazos del río Mekong
Fábrica artesanal de ladrillos
Horno de ladrillos
Chimenea del horno
La fábrica de ladrillos desde el río
Navegando por el Delta
Contabilizamos el descenso de 5 cadáveres de cerdos
Vivienda de un acaudalado agricultor de principios del siglo XX..
Allí se rodó una película de Richard Gere
¡Cuando cayó la noche, se encendieron las luces!
Mercado de Can Tho
El inventor de la "motocama"
Apartamentos en primera línea de río
Trasiego de mercancías entre barcazas
Mástiles anunciando la mercancía
Desayuno a bordo
Ropa lavada en el río Comerciante mayorista
Vendedor de lotería
Venta de comida ¿Hace una sopita caliente?
Haciendo la colada sumergido en el río
¡Gasolinera flotante!
Álvaro surcando el delta del Mekong
Sorprendidos e impresionados por lo visto y vivido durante dos semanas en Vietnam, fuimos al aeropuerto para viajar a Camboya, el último destino de nuestro periplo por Indochina
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