lunes, 13 de marzo de 2017

Vietnam 6.Locura sobre ruedas

Con 5 o 6 años, me gané una reprimenda de mi padre. Al parecer, había tocado el mando de su moto, y pudimos tener un accidente de circulación. Eran los años 50 y en España, aún faltaba mucho para que irrumpiera en el mercado, el legendario Seat 600.

Posteriormente y por imperiosa necesidad, "monté de paquete" 3 o 4 veces a lo largo de mi vida. Comprendo y respeto a quienes se sirven de las motos para su trabajo e incluso siente por este medio de transporte, una gran pasión. 

Cuando mis hijos me pidieron que les comprara una moto, siempre salía de mis labios la misma frase: "Prefiero un hijo enfadado a un hijo enterrado" La frase era contundente y convincente y la mantuve mientras dependieron económicamente de mi.

Mi viaje a Vietnam, me enfrentó a una situación tan caótica como peligrosa. En Saigón, por ejemplo, hay 10 millones de habitantes y 5´2 millones de motos Además, la circulación era absolutamente caótica.

Las aceras están totalmente invadidas de motos aparcadas y los peatones, deben bajar a la calzada, donde miles de motos circulan sin control y sin respetar el sentido de las calles sorteando puestos de venta, peatones y todo tipo de obstáculos.

En cualquier semáforo importante, único caso en el que los motoristas respetan a veces las señales, se agolpan varios centenares de motos y cuando arrancan, parecen un enjambre de locas abejas, dispuestos a arrasar con lo que se ponga por delante.

Se ven transportes imposibles en motos, como un remolque llevando un búfalo; familias de 5 miembros en una moto, incluyendo bebés lactantes que llevan como fardos; niños de 3 o 4 años, de "paquete del paquete", que pueden salir despedidos en cualquier bache; motoristas tirando de un contenedor con ruedas o incluso, empujándolo por detrás con un pié descalzo; transporte de un cerdo vivo en un costado y una persona en el otro, semicolgado, para hacer de contrapeso y para más asombro, conduciendo la mayoría con una mano, mientras en la otra,hablan por teléfono o aún peor, enviando mensajes. Eso sí, suelen llevar una inservible mascarilla, para evitar la contaminación ambiental.

Se tolera adelantar por la izquierda y por la derecha, e ir, incluso en autovías, en dirección contraria.

Da miedo cruzar la calle a pie. La táctica consiste en circular lentamente, para que prevean tu trayectoria, no dudar ni dar media vuelta si te atenaza el miedo, atravesar por el sitio más corto y si eres creyente, rezar durante la hazaña, mirando al cielo, para saber a donde debes ir si finalmente te llevan por delante.

Debo confesar, que esta maniobra, da tanto miedo, como recibir un toro bravo en la plaza a puerta gayola, pero sin capote, pero luego te acostumbras, porque no te queda más remedio.

La verdad es que durante nuestra estancia en Vietnam, solo fuimos atropellados dos veces, sin consecuencia alguna. Curiosamente, el mismo día, en un interín de media hora y en un pequeño camino rural.

En mi caso, solo fue un golpe en el brazo izquierdo, sin consecuencias de salud ni desperfectos en mi cámara fotográfica. En el caso de Ana, el motorista y ella, acabaron en el suelo, pero igualmente, sin sufrir un solo rasguño.

Nos montamos en tuk tuks, durante nuestra estancia y fue una grata y exótica experiencia, si bien, no exenta de miedo, pues circular en sentido contrario por una gran vía muy transitada, pone nervioso a cualquier europeo que acostumbrado al orden circulatorio.

Una imagen vale más que mil palabras y sobran imágenes en este artículo, para mostrar, a quien aún no ha tenido la oportunidad de circular por Vietnam, los riesgos, aventuras y desventuras, de sumergirse en el caos circulatorio.

                                 Observar la moto azul contramano por la mitad de la calzada.

                                  Con un niño sin casco

                                  En primer lugar, un motorista sin casco
                                  Comprobar dónde van los niños






                                  El percance de Ana
                             


                               Bicicleta papelera, para adentrase allá donde no caben los coches

                                                    Las aceras son aparcamientos


                                  Motos en aceras y calzadas


                                  Observar la doble dirección de las motos

                                                   La "motocisterna"

                                  Peatones a la calzada


                                  Casco femenino, para colocación de la coleta
Nos vimos sorprendidos por una curiosa operación. Al atardecer, se bloquea toda una calle con contenedores para montar un amplio mercado callejero. A la señal de un policía, una horda de motoristas, transporta en media hora toda la mercancía sobre ruedas. Vale empujar o tirar de la mercancía a pié descalzo desde la moto, si es preciso. Media hora más tarde, han montado y puesto en marcha, tiendas, restaurantes callejeros y otras muchas actividades comerciales. Simplemente, locura y eficacia; eso sí, sin seguridad.
                                 Pie motero y empujador





    Pie motero y empujador




    Moto con stand de venta



    Observar el motorista empujando con el pie


    Hordas moteras en un tráfico sin ley



Observar casco comunitario, con visualización frontal y lateral. Muy eficaz para protección del sol y desarrollar la solidaridad de grupo
                                  Más difícil aún: equilibrista contrarrestando el peso del cerdo
                                  Alvaro, superviviente del camino, admirando una pieza de museo

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