Cada generación, es como un inmenso lote de fabricación de seres humanos. Millones de seres, nacemos iguales, pero distintos, con un camino casi determinado por la suerte del lugar y la familia de nacimiento.
Todos tenemos las mismas necesidades vitales; todos tenemos nuestras ilusiones, angustias e incertidumbres. Todos tenemos temores, sueños, estados de ánimo cambiantes, necesidad de amar y ser amados.
Todos nos cuestionamos nuestro origen, nuestra presencia en este mundo y la existencia de un ser superior.
Todos admiramos el sol,las estrellas, las nubes, la lluvia, el viento y la fuerza de los elementos.
Todos disfrutamos los colores, los sabores y los tactos, las flores, las aves, los amaneceres y los ocasos del sol.
Todos sentimos la necesidad de cantar, de reír y de llorar. Gritamos, callamos, bostezamos, reímos, lloramos, obedeciendo a las circunstancias de la vida, pero sobretodo, al mensaje genético perfilado tras siglos de selección y evolución, así como al aprendizaje de nuestros predecesores.
Todos nos elevamos del barro de la vida, en nuestra propia espiritualidad, cantando con música, con prosa o con poesía, las manifestaciones de la naturaleza, del amor y del disfrute en libertad.
Puede decirse, que los obreros de las letras, de las corcheas, de los pinceles y de los escoplos, repetimos nuestra admiración por las manifestaciones de la vida y somos forzosamente, actores de "la historia repetida"
Todos tenemos amigos, pero unos son mejores que otros, tu eres de los buenos....
ResponderEliminarGracias Jesús, hago lo que puedo por redactar un blog que interese a los lectores y por supuesto, ser un buen amigo como tú.
EliminarUn abrazo,
Miguel del Valle