En la primavera de 1970, recibí con otros compañeros de la Facultad Veterinaria, una expedición de periodistas canarios en la entrada de Córdoba. Habían desembarcado en Cádiz y hacían una travesía hacia Madrid, montados en dromedarios, para promover las islas afortunadas.
Les recibimos con la bata de prácticas, montados en burros. Les caímos bien y nos invitaron a montar con ellos para entrar en la ciudad.
Aquello fue un evento televisado que nos proporcionó un pequeño momento de gloria y sobretodo, de diversión.
Poco imaginaba en ese momento, que tres años más tarde, mi relación con los camélidos, tendría una cierta continuidad.
En 1972, me fui a vivir a Nouadhibou, en la República Islámica de Mauritania. Visité parte del país y también del antiguo Sahara Español. Allí, tuve sobrada experiencia con estos animales. Llegué a ver un touareg montado en su dromedario y fue una estupenda experiencia
Durante mi estancia en Melilla, (1978/1982), recorrí parte del desierto del Sahara marroquí y argelino, encontrando nuevamente dromedarios.
En noviembre y diciembre de 2013, tuve una experiencia HELPX en Canadá. Allí tuve ocasión de cuidar otros camélidos diferentes, esta vez, de origen andino. Llamas, alpacas y huarizos, me proporcionaron grandes satisfacciones, habida de cuenta mi afición por los animales y mi profesión veterinaria.
En diciembre del 2014, recorrí nuevamente el sur de Marruecos y tuve la oportunidad de ver más dromedarios. Eran de una raza adaptada al frío, oscura, robusta y muy pilosa. Se encontraban cerca de una antigua plaza española: Sidi Ifni..
El pasado año, permanecí casi dos meses en Australia. Parte del tiempo en una zona cercana al Out Back, Aquél inmenso país, importó camélidos tiempos atrás, para aprovechar su trabajo en el desierto.
Actualmente, descendientes de aquellos dromedarios, viven en libertad y se han reproducido enormemente, pero no tuve la suerte de verlos.
Australia tiene el mayor censo de dromedarios del mundo, hasta el punto de que algunos países árabes, los importan de allí.
Los dromedarios y los camellos bactrianos, son animales muy versátiles y están muy adaptados al desierto.
Han sido utilizados en tareas agrícolas, transporte de mercancías, como por ejemplo, en las caravanas de sal y como cabalgadura.
Son utilizados por el ejército y también son una fuente de carne, leche, piel y lana, con la cual, se hacen las jaimas del desierto, sin olvidar, que incluso se obtienen cremas a partir de la joroba de los camélidos.
Más recientemente, son usados en actividades deportivas, como carreras de velocidad o de resistencia e incluso para jugar al polo. El gran público tiene acceso a ellos en circuitos turísticos en sus países de origen, o incluso en lugares extraños.
Hacen las delicias de chicos y mayores, en los circos o desfilando en las Cabalgatas de los Reyes Magos e incluso en las fiestas de moros y cristianos
Una de mis actividades fallidas como helper, ha sido dirigir excursiones de turistas por las montañas del Tirol austriaco, en reatas mixtas de caballos y dromedarios.
Resulta tan extraña esta actividad en aquél lugar, como el hecho de que un jubilado como yo, tenga ganas de aventuras a veces tan esperpénticas, pero siempre he preferido vivir la aventura de la vida a morirme tirado en un sofá viendo estupideces televisivas.
En mi reciente estancia de seis semanas en Argelia, no me ha sido posible visitar el desierto, por falta de tiempo y porque en esta época, es preciso medir mucho las aventuras, dada la inestabilidad geopolítica de muchas regiones de África y Asia.
Sin embargo, estuve con colegas veterinarios argelinos, que me facilitaron una publicación técnica sobre la patología de estos animales. Una foto del momento, se publica en este artículo,
Es posible que vuelva pronto al mayor país africano y visite Tanmarraset, para desplazarme unos días, entre las sinuosas dunas del desierto, con los acompasados movimientos de mis jorobados amigos.
Evocaré entonces, una antigua experiencia, navegando sobre un dromedario, por el inmenso mar de arena del Sahara.
Por lo pronto, he aquí un reportaje fotográfico de fotos personales, completadas con otras obtenidas de internet
El autor, con bata y un fonendo colgado
Un magnífico touareg u hombre azul
Aguantan mucho tiempo sin beber..................
Y cuando lo hacen, son capaces de beber cualquier cosa
Muy valiosos en las antiguas guerras del desierto
y en las modernas
Camello bactriano biblioteca móvil
A veces los tunean como a los coches
Pueden ser un peligro para la circulación
Jorobado y hortelano
Son buenos atletas
Jugando al polo
Paseos por el desierto
Caravana mixta de dromedarios y caballos en el Tirol. Austria
Paseando Reyes Magos
Paseando Moros y Cristianos
Divirtiendo pequeños y mayores
El dromedario es el de la derecha
El de la izquierda no es un dromedario
Llevando cartas con sentimientos
Masaje a base de camello
El autor con una llama en Canadá
Con una alpaca en Canadá
Con un huarizo (híbrido de llama y alpaca)
El autor con un dromedario cerca de Sidi Ifni
2016 El autor en el INMV de Argel, con una publicación sobre
la patología de los dromedarios
Diapositivas de una publicación del autor de este artículo
Bienvenida en el desierto: leche de dromedaria con dátiles
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