Otra vez al sur, pero sin volar el mar. Esta vez, es una asignatura pendiente, de reencuentro con mi pasado, de albero, de farolillos, de caballos enjaezados, de luz, color, baile y alegría.
Vuelvo a mi origen. Retorno a las emociones. Vuelvo a casa.
Feria de Sevilla, algún charco de lluvia valiente, mucha sevillana, manzanilla, jamón, pescaito adobao, gambas, picos sevillanos, Sevilla, Sevilla y Sevilla, la del color especial, la de jazmines, claveles y damas de noche, la de sentir los pasos propios en el barrio de Santa Cruz, la de luces de colores sobre el Guadalquivir, la de mi querencia traicionada.
1972, becario en Francia. Feria de Sevilla. Calor, debilidad de enfermo que vuelve a casa. Cuerpo débi y corazón henchido. Ultima feria vivida.
2016, residente en Cantabria. Feria de Sevilla. Jubilado que vuelve a casa. Cuerpo sano, corazón emotivo. Expectativas de alegría.
Amor de tierra, de ciudad invisible, donde casi todo perdura, pero con caras nuevas, de presente desconocido.
Manos amigas, enlazan mi pasado con el presente, tras cuatro décadas de ausencia. Mis recuerdos son de caballos hermosos, de jinetes orgullosos, de casetas de rayas, de alegría y tal vez, de realidad social desfasada.
Sevilla, mi amor olvidado. Sevilla, espérame que vuelvo a tus brazos, con el vértigo del reencuentro.
No me juzgues, si sobre tu albero de alegría, lloro lágrimas sentidas. Perdona que este hijo tuyo, se emocione como el hijo pródigo que vuelve a casa del padre
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