lunes, 11 de enero de 2016

¿Canario o gorrión?


Nací y crecí libre y cuando llegué a mi plenitud personal, volé alto; volé lejos, volé en libertad.

Volé cielos europeos y africanos, de campanarios y minaretes, en paisajes verdes y en áridas dunas.

No me importaba la incertidumbre, ni tampoco los riesgos de la libertad. Era feliz, ante el peligro de vivir.

Pero hubo un tiempo, que escogí la seguridad en detrimento de la libertad, opositando a la Función Pública y alcancé la estabilidad.

Pasaron los años, encadenado a la dulce monotonía, en una jaula de oro, al pairo de los riesgos.

Me convertí en canario, de alpiste y rejas, acomodaticio en la protección y olvidé los vuelos contra el viento, el balanceo de las ramas, las flores de las primaveras y las ocres hojas de los otoños.

A veces, salía de la jaula, daba pequeños vuelos y regresaba presto a la seguridad de los barrotes. Había cambiado alpiste por libertad.

Ya jubilado, la edad me trajo la libertad de vivir y nuevamente, volé alto y lejos. 

Al recibir mis primeras gotas de lluvia en el rostro, mi viejo corazón, floreció como la rosa de Jericó,

Recuperó las taquicardias del amor, se sublimó en el aire de los aromas y se reconfortó ante las dulces miradas de la vida.

Seguí volando, como si ansiara recuperar tantos años de voluntario presidio. Me posé en árboles de muchas tierras y disfruté de los colores de la vida.

"Tenía alas para volar y raíces para volver"

Volaba y volvía; volaba y volvía. Pasaban días, semanas y meses.

Cuando estaba acá, ansiaba marchar; cuando estaba allá, ansiaba volver.

Un día, en los fríos del invierno, unos labios amigos, deletrearon una canción:

"Si le hubiese cortado las alas,
hubiese sido mio,
no se habría ido.
Pero así,
no habría sido mas un pájaro
y yo amaba al pájaro"

¿Canario o gorrión? 
¿Seguridad o libertad?
El tiempo y el viento lo dirán.

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