En 1975, asistí a una ceremonia en el Gobierno Civil de mi provincia, en la que las autoridades civiles, debíamos plasmar nuestra lealtad al Jefe del Estado, representado por el Gobernador Civil.
Se encontraba sobre un estrado, con una capa de blanca piel de armiño, propia del siglo XIX
El Régimen franquista, tocaba a su fin y se olían aires de democracia y libertad. Aquella fue la última vez, que se organizaba aquel acto decimononico.
Tras la Transición española con la UCD, accedió al poder el PSOE, con el lema "Por el cambio".
En aquel entonces, era Director Provincial del Ministerio de Sanidad y Consumo y como tal, pertenecía a la Comisión de Protección Civil.
Los socialistas aplicaron su lema y me cambiaron; es decir, me destituyeron del puesto poco después de llegar al poder. Sin embargo, olvidaron borrarme de la lista de la Comisión.
Una gota fría, provocó graves inundaciones en el norte de España, con pérdida de vidas humanas.
Un domingo, fui convocado de urgencia a la Delegación del Gobierno, para adoptar medidas sanitarias ante aquella catástrofe.
La flamante Delegada del Gobierno, nos recibió a varios Vocales de la Comisión, en la Sala de Gobierno, donde pocos años atrás, había participado de aquel acto de adhesión al Jefe del Estado.
La Delegada, vestía bata de guatine, zapatillas de pompón y tenía un pañuelo en la cabeza, cubriendo los rulos del pelo.
Más tarde, se presentó su hijo, con un collar de pinchos en el cuello y algunas tuercas atadas en la cabeza.
Tras comentar que ya no debía formar parte de aquella Comisión, abandone la gran sala. Pensé que el cambio se había producido sin anestesia.
Aquella mujer, que dirigió la Delegación con tanto carácter, formó parte de Mi mundo entre mujeres.
Así sucedió y así lo he contado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario