martes, 19 de julio de 2016

Madera viva

Amo la vida y los árboles son una parte importante de ella.También me encantan las antigüedades, especialmente, las de maderas nobles, de las que la caoba es su máximo exponente.

En Sevilla, donde crecí, hay"mucha caoba", como consecuencia de su pasado esplendoroso, comerciando con Iberoamérica. No es pues extraño, que sepa distinguir tan noble madera y disfrute acariciando sus vetas sobre la obra de un gran ebanista.

Sin embargo, los años me han cambiado los esquemas mentales. No es que haya perdido la afición por la madera, es que he comprendido que como mejor está, es portando la savia "por sus venas", sirviendo de soporte para la vida del bosque, dando oxígeno, sombra, frutos y belleza.

Los árboles cortados, ya transformados en arte muerto, deben ser respetados y cuidados, pero los árboles vivos, deben seguir como están, salvo que se exploten los bosques de forma sostenible.

Si por mi profesión he debido asistir con pena y sufrimiento, al abatimiento de animales de renta, me duele ver la tala de árboles, los incendios provocados o cualquier iniciativa del ser humano que atente contra la vida vegetal.

Quien tenga sensibilidad o ame la naturaleza, no puede obviar el amor a los árboles.

 Tal vez, alguien piense que soy raro, pero a veces, salgo al jardín de mi casa y cuando nadie me ve, abrazo uno de los árboles que yo mismo planté, pego mi rostro a él y siento una gran energía positiva.

Alguien puede entender que es subjetividad, imaginación o un simple estado de ánimo, pero  ahuyento así mi estrés y siento un profundo bienestar.

En mis viajes por el mundo, he disfrutado de la belleza de los árboles, como ejemplares singulares o como parte de un gran paisaje, a veces salvaje y peligroso, donde las alimañas forman parte del ecosistema.

Me encanta ver sus portes, acariciar sus cortezas, leer sus vidas, en sus cicatrices, líquenes, formas de sus ramas o incluso, sus agonías finales.

He visto árboles en zonas desérticas, en selvas cerradas, en altas montañas y en zonas urbanas. También he visto la sección de una sequoya gigante, en cuya superficie figuraban las fechas de los grandes acontecimientos del mundo en los últimos siglos.

He sonreído al ver árboles forrados de seda o con crochet en colores y he admirado árboles tan hermosos como raros, como el que vi en Gibraltar.

Recuerdo con asombro, el gigantesco árbol que vi en Tegucigalpa, Honduras, en 1996. Fue antes del tristemente famoso huracán Micht y estoy convencido de que dada su precariedad, desapareció entonces.  

No siempre es necesario ir lejos para ver hermosos árboles. En Cantabria, mi región, existen ejemplares muy bellos, que colman mis sentidos cuando los veo y "dialogo en silencio" con ellos.

Sí, he dicho bien: "dialogo". Un árbol cuenta muchas cosas si tienes capacidad de leer la naturaleza.

Tal vez decida para cuando me llegue lo que a todos nos ha de llegar, que mis cenizas, sean enterradas en un lugar hermoso, alejado del mundanal ruido del falso progreso y alimente un árbol, para seguir viviendo y contribuir así, a la belleza del paisaje. 

Mientras tanto, seguiré viajando y contribuyendo al amor por los árboles del mundo

Nyón, Suiza
Árboles "tragándose" las señales urbanas
      

 
Ginebra
Árboles en una selva de NSW, Australia
    


   

     

         

                                                                Cortezas con alma

 

Ojos de los árboles (cicatrices de ramas perdidas)


  
Brotes de vida
 



  Hendiduras arbóreas

                                               

      
 
                                       




                          Árbol abatido y cortado y árbol apadrinado. Estado de Nueva York
                                
                                            Ginebra                     Estado de Nueva York
                                     
                                                                   Ginebra, Suiza

                          Árboles abatidos por un tornado en Setauket, Estado de Nueva York
                             
                                            Gibraltar                       Sección de sequoya. NY
                             
                                              Senegal                            Sao Tomé e Príncipe
 
                                                 Monumento a Bécquer rodeando un árbol,
                                                    Vida, arte y literatura. Sevilla, España
                          

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