Tenía sudores de miedo. Apenas asomaba los ojos por la ventanilla del Land Rover y sólo veía numerosos y largos cuernos que chocaban en su marcha, contra las ventanas del todo terreno. Eran las marismas de Sevilla y mi padre supervisaba el traslado a pie de una gran manada de vacas retintas.
Tal vez eran un millar. Mugían, levantaban una gran polvareda, se corneaban entre ellas y rodeaban el coche donde me encontraba.
Una bonita raza vacuna del sur de España, antaño de utilidad de trabajo y carne, que debido a la mecanización del campo, se transformaba mediante selección en raza de carne, exclusivamente.
El cambio se sustanciaba en ejemplares de menor cornamenta, estereotipo más cilíndrico en vez de abisontado y mayor desarrollo de los cuartos traseros del animal.
Aún hoy, discutiría la subjetiva apreciación del que luego sería mi profesor de Etnología en la Facultad Veterinaria. Decía que la belleza de un animal, se veía por la aptitud para la cual había sido seleccionado, mientras que aún hoy, entiendo que la belleza y la funcionalidad, son dos conceptos diferentes. Evidentemente, cuando me examiné, demostré los conocimientos que de él aprendí, pero intrínsecamente, sigo pensando lo mismo,
Hoy se ven enormes y preciosos ejemplares de ganado vacuno retinto, pero no es mi caso, pues hace muchos años, que cambié el sur por el norte y el ganado retinto, por el ganado tudanco.
Se trata de otra raza bovina, que estaba en regresión en las montañas cántabras, de donde es originaria.
El dinero manda y los ganaderos, escogen razas importadas, como la limusina o la charolesa, que otrora también fueron razas de aptitud mixta, trabajo y carne y que se mostraron muy buenas en la aptitud cárnica.
Esto llevó casi a la desaparición de la raza tudanca cántabra. Pero en una España de las autonomías, donde se protegen y desarrollan los signos de identidad regional, se procedió a la recuperación de esta preciosa raza.
Afortunadamente, la raza tudanca se está recuperando y puedo disfrutar de unos preciosos animales que añaden belleza al bonito paisaje de mi región de adopción.
Recientemente, en una de las excursiones de descubierta, nos vimos cercados y retenidos, por una hermosa vacada de tudancas que marchaban a los pastos de verano en las montañas de Cantabria. Mis compañeros de viaje, protestaban por la demora en el viaje, pero yo disfruté enormemente el momento. Esta vez, sin el miedo que sentí en Sevilla, cuando solo tendría 6 o 7 años.
Tal vez, los lectores que me leen desde lejanos países, estén acostumbrados a ver ganado hereford, angus, shorton, brahman, santa Gertrudis o a renos, yaks, cebúes o búfalos de agua, por ejemplo. Es lo que tiene la biodiversidad, los diferentes paisajes y horizontes del mundo.
He aquí, las fotos de razas bovinas retinta y tudanca, para conocimiento y disfrute de quienes no las conocen, por ser de otras latitudes o porque han tenido la desgracia de no conocer la vida auténtica en íntima relación con el campo.
GANADO RETINTO
GANADO TUDANCO
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