A Felipe González Marquez, "Isidoro" en la clandestinidad, le han llamado "Feli - pillo", en un vulgar juego de palabras.
El autor de tamaña hazaña literaria, ha sido el Presidente de Venezuela. El que gobierna al dictado del difunto Chaves, que le trina al oído, reencarnado en pajarito.
No compartí muchas de las políticas efectuadas por Felipe González, durante su mandato. Pero ha sido Presidente del Gobierno de mi país y si le ofenden a él en una acción solidaria, me insultan también a mí.
Felipe González, tiene suficientes tablas políticas, para templar, hablar y dejar en evidencia al charlatán del Caribe.
Pero, su actitud política, ha sido reposada, afrontando la tensa recepción que le han dispensado en Venezuela, con la moderación y la diplomacia que debe pedirse a un ex Presidente de Gobierno, de un país serio.
Lamento, como la inmensa mayoría de los españoles, la desgracia que sufre Venezuela.
Es una tragedia, que un hermoso país y un noble pueblo, con quien nos une tantos lazos de sangre y de historia, deba soportar la lacra de tamaño indocumentado.
Es una vergüenza, que semejante esperpento, deshonre a su pueblo, lo humille y lo sojuzgue.
Es una injusticia, que encarcele a los líderes de la oposición, cuyo único delito, es ser demócratas, y tener una formación política, humana y académica a años luz, de la demostrada por este individuo.
"No Maduro, conducir un autobús, no es conducir una nación".
No tienes ni idea de cómo se gobierna, no respetas los derechos humanos, has llevado a tu país a la ruina y se ha sumido en la violencia.
Espero que el pueblo te castigue en las urnas y te ganes la vida "manejando" un autobús, que es lo tuyo.
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