jueves, 11 de junio de 2015

"El escombreado"

La naturaleza es sabia.

Cuando la floración de los frutales es densa, los pequeños frutos resultantes, sufren una entresaca natural.

Los árboles no tienen suficiente capacidad para nutrir los frutos y un porcentaje de éstos se seca y se desprende de su "madera madre".

Los frutos afortunados, reciben la savia precisa para crecer y llegar a término.

El fenómeno se llama "escombreado"

En el mundo animal, ocurre parecido.

Los peces por ejemplo, realizan grandes puestas de huevos y ya se encarga la Naturaleza, de hacer la selección natural.

Las aves y los mamíferos tienen menos crías y cuando una hembra tiene excesiva descendencia, los más débiles perecen, prevaleciendo los que tienen mayor capacidad de supervivencia.

En la política española, ocurre algo parecido, pero no de forma tan dramática.

Se presentan muchas agrupaciones políticas, que tienen su sueño muerto, antes de llegar al escrutinio, mientras que otros partidos, bordean el 5% que marca la diferencia de estar o no, en las instituciones parlamentarias.

Pero el "escombreado político" es a todas luces insuficiente. En contra de lo que ahora está de moda, sobran partidos y se producen situaciones de "menudeo", "mercantileo", desfile de grillos en las tribunas, "que hay de lo mío" y "yo he venido a hablar de mi libro".

Porque no sé si los lectores están especialmente interesados, en que en el Congreso de los Diputados, por ejemplo, se debata si en el pueblo de Carrión de los Bizcos, debe haber o no una piscina o un polideportivo.

Son necesarios partidos fuertes, tanto en el Gobierno como en la oposición y evitar tanto grupo de pancarta brisagrera y tuerceurnas.

En España se cuestiona de nuevo el modelo de Estado, el modelo de Sociedad y la Unidad nacional, mientras crecen en nuestras entrañas, varios cánceres de funestas consecuencias.

Corrupciones, populismos, mesianismos y muchas cargas más, desangran una España con una honrosa historia.

Tengo la sensación, de estar presenciando un final de etapa ciclista, en la que los grandes favoritos, se vigilan entre sí, mientras un desconocido, les birla la meta.

Hace falta un escombreado en la política y embridar, con instituciones fuertes y efectivas, los graves problemas que tenemos. Los enemigos interiores y exteriores de España, no deben birlarnos en la meta, nuestro orden democrático, nuestra indisolubilidad y nuestros valores nacionales.

Nos jugamos nuestra unidad, nuestro bienestar, nuestra seguridad, nuestro prestigio internacional y nuestra dignidad nacional.










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