El interior del Planeta, es una inmensa bola de fuego. Nosotros, creemos poseer la enfriada superficie de su corteza, pero no es cierto.
Nuestro paso por la Tierra, no es más que un segundo, en su eternidad geológica.
Hace unos 500. 000 años, una gran fuerza interior, emergió en forma de lava, que fue acumulándose, hasta alcanzar los 2,631 metros de altitud.
Se formó una isla en lo que posteriormente, se llamaría Océano Índico.
Lenta, pero inexorablemente, la erosión transformaría parte de la lava en tierra.
Lenta, pero inexorablemente, la erosión transformaría parte de la lava en tierra.
Creció la vegetación, primero con plantas simples, que fueron preparando el terreno para las superiores, hasta teñir de un verde espectacular, gran parte de la isla.
Tras el reino vegetal, se desarrolló el reino animal, completando un ecosistema de gran belleza.
Finalmente, llegó el hombre, que explotó sus tierras y sus mares.
Se formó un crisol de razas humanas, por la llegada de blancos, llegada de esclavos negros y la inmigración de hindúes y chinos, principalmente.
Surgió el criollo, verdadero alma de este paraíso, que imprimió ritmo, color, autenticidad y estilo de vida.
El sudor del pueblo, labró las tierras, mimó el ambiente, hizo carreteras, horadó túneles, construyó bellas casas de estilo colonial y cuajó el paraíso del sur, el punto más meridional de la UE, bajo la bandera francesa.
Visitar sus circos, acercarse al Pitón de la Fournaise, ver sus cascadas, "sabrosear" sus frutas tropicales, oler a canela, colorearse con sus flores, ver sus arrecifes de coral y amar cada rincón de la Isla de la Reunión, es un privilegio que no todo el mundo, tiene la suerte de disfrutar.
Finalmente, llegó el hombre, que explotó sus tierras y sus mares.
Se formó un crisol de razas humanas, por la llegada de blancos, llegada de esclavos negros y la inmigración de hindúes y chinos, principalmente.
Surgió el criollo, verdadero alma de este paraíso, que imprimió ritmo, color, autenticidad y estilo de vida.
El sudor del pueblo, labró las tierras, mimó el ambiente, hizo carreteras, horadó túneles, construyó bellas casas de estilo colonial y cuajó el paraíso del sur, el punto más meridional de la UE, bajo la bandera francesa.
Visitar sus circos, acercarse al Pitón de la Fournaise, ver sus cascadas, "sabrosear" sus frutas tropicales, oler a canela, colorearse con sus flores, ver sus arrecifes de coral y amar cada rincón de la Isla de la Reunión, es un privilegio que no todo el mundo, tiene la suerte de disfrutar.
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