domingo, 3 de marzo de 2019

Es primavera

Las nieves se fundirán con el viento sur; los frios huiran al norte y los frutales romperán en flores.
Los pajaros revolotearán ansiosos entre amores y ganas de nido.
Arderán las fallas y callarán las trompetas de la Semana Santa. El olor a incienso cederá el turno a las flores de azahar.
Los dias se alargarán y la luz alegrará nuestras vidas.
Mi cuerpo otoñal, acusa el peso de los calendarios pasados, pero mi alma, rie aún en su primavera perpetua.
Soy un corredor de fondo; un alegre de la vida que sonríe a pesar de los reveses, las soledades y las amarguras que a veces trae la vida.
Mi tiempo es corto, pero hermoso, a pesar de las penas del telediario y de los cabrones que inyectan maldad y desesperacion en las venas de la sociedad.
Estoy alegre y reiré la primavera y todas las estaciones que Dios me otorgue.
Pronto será primavera y disfrutaré los colores y olores que impregnan la estación. 

sábado, 2 de marzo de 2019

Amor en la nieve

Los oscuros ojos de Manuel se encontraron con la celeste mirada de Brigitta.

Los ojos del sur, venían de tierra caliente y reflejaban la vida luminosa del Mediterráneo. 

Eran vivarachos y rezumaban la sabiduría de las civilizaciones que habían poblado las tierras de España.   

Los ojos del norte, eran hijos del frío y rezumaban la dulzura, serenidad y melancolía de las tierras que añoran el sol.

Por las venas de Brigitta, circulaba la misma sangre vikinga, que siglos antes, saqueaban los pueblos del sur; pero a ella le bastó una dulce mirada, para robar el corazón de Manuel.

Pronto surgió entre ambos una mutua atracción y temblaron de emoción cuando sus labios se encontraron,  

La barrera del idioma, no impidió el entendimiento de sus corazones.

Eran mayores, pero ambos se sentían adolescentes, con besos furtivos, que terminaron en una pasión desenfrenada.

Brigitta viajó a la nieve y Manuel lloró su ausencia. Aquel amor pareció quedarse en un fugaz encuentro de primavera. Sin embargo, se acrecentó en la distancia y enardeció el deseo del reencuentro.

Manuel siguió a su amor meses más tarde, cuando el otoño coloreaba los paisajes de Suecia.

A la música. el vino, las rosas y el calor del fuego, siguieron las caricias, los besos y los abrazos.

La pasión del sur, irrumpió ardorosamente en el sosiego de la mujer del frío.

Bebieron sus besos, recorrieron las geografías de sus cuerpos y fundieron su amor hasta el éxtasis. dibujando para siempre una sonrisa en sus corazones.

Cuando Brigitta bajó al sur,  se enamoró de la alegría, la luz y el duende de España. 

Un atardecer, ambos depositaron sus nombres en el hueco de un árbol y lo sellaron con un beso. 

Habían escrito y sellado su futuro




  

La mirada del burka

El almuédano estaba en el alminar de la mezquita. Cantaba el "adän", para proclamar el "salat", la oración obligatoria para los musulmanes. Su cántico sonaba insistente; misterioso; contundente:

"Dios es grande, Dios es grande" (x4)

Testifico que no hay más dios que Dios y testifico que Mahoma es el mensajero de Dios (x2)

Acudid a la oración (x2)

Acudid a la salvación (x2)

La oración es mejor que el sueño
Dios es el más grande
No hay más dios que Alá

Hacía frío de febrero y era temprano. Caminaba por las calles de Argel con otra consultora internacional.

Sorteábamos múltiples obstáculos de un camino típico del extrarradio de un país en vías de desarrollo.

Argelia vivía sus horas bajas, porque el precio del petróleo, su principal fuente económica, se había desplomado en el mercado internacional.

Pero también acusaba el golpe de una sociedad poco organizada y escasa de concepción moderna de Estado.

Tras la sangrienta guerra de independencia de Francia, cayó en las garras del comunismo, siguió luego con la década sangrienta del islamismo radical y apenas ahora, se esfuerza por salir de su histórico atraso.

Comparando el paisaje urbano de los años 80, Argelia es más negra, mas cerrada y con una concepción del Islam más rigurosa.

Fue chocante cómo algunas mujeres jóvenes en el trabajo, se negaban a darme la mano y que incluso, tuviera dificultades para no rozarles los dedos al entregarles un lapicero electrónico, por ejemplo.

Mi compañera de consultoría, entabló una conversación de calle, con tres mujeres escondidas bajo el burka. 

Dijeron que bajo esa negra prenda, se sentían más seguras por la calle y que estaban felices de mostrarse sin él exclusivamente a su marido. 

Una de ellas, había estado en Europa y cuando volvió a Argelia, se había hecho más estricta. Nos informó, que son los religiosos enviados por Arabia Saudí y el Yemen, los que aleccionan a los musulmanes en Europa.

Viéndolas y oyéndolas, no pude más que pensar, que su corta mirada a través de la rejilla del burka, las tiene, alienadas.

No son conscientes de que viven en una prisión de tela.