Una periodista me decía ayer en un mensaje, "que tengo una buena pluma".
En varias ocasiones, me he denominado "obrero de la palabra", "aficionado a la escritura", "escritor de sentimientos" y algunos adjetivos más.
Es decir, un simple "escribidor de palabras", con un gran corazón, algo de imaginación y mucho voluntarismo.
Cuando una profesional del periodismo nacional y ya van tres, realiza una crítica positiva de mi blog, me llena de orgullo, me da confianza y me motiva a seguir en mi esfuerzo personal.
Lo romántico, sería escribir con una pluma de ave, mojada en un tintero, oyendo el rasgar sobre el papel, al tiempo de los latidos de mi corazón, pero escribo con el ordenador.
Lo hermoso, sería que mis pulsaciones se acompasaran a la fuga de la tinta de la punta de la pluma.
Pero no es así. Escribo con dudas, errores, y correcciones. A veces, lentamente y otras, de forma frenética, impulsiva y apasionada.
Todo depende del estado de ánimo, de las que se agolpan en mi pecho, del amor, la ironía y la melancolía.
Y en esta lucha contra mí mismo, arrancándome las ideas, emborrono mi trabajo que corrijo con el ordenador. Pero los textos fluyen vivos, auténticos, veraces y sentidos.
A veces noto escalofríos, otras veces apatía y desconcierto, pero siempre soy yo, en estado puro y por eso llego al corazón de la gente.
Escribo por el placer de escribir. Lloro y río e intento provocar lágrimas y risas. No tengo interés económico. No hay profesionalidad. Solo un ser humano, con sus fortalezas y debilidades, directo a los sentimientos ajenos.
Las estadísticas cantan un arduo trabajo y una gran recompensa personal.
557 artículos publicados en 16 meses. Lectores en 70 países de los 5 continentes: desde Sudáfrica a Marruecos; desde Chile a Canadá; desde España a Suecia; desde Portugal a China. Y Japón, Australia, Nueva Zelanda, Filipinas, e incluso pequeños países casi desconocidos.
El milagro de internet, me permite llegar al corazón de gentes de distintos idiomas, diferentes religiones y razas, bajo banderas de colores muy variados.
Hay lectores que me han emocionado profundamente.
Saberme leído en un país en guerra, como Siria; conocer que me leen en un Ecuador sumido en la tragedia de un terremoto; pensar que habitantes bajo la desgracia de Maduro me siguen en Venezuela; o en Letonia, Ucrania, Albania o Corea, me produce una gran alegría.
Supongo que me leen españoles en la distancia, alumnos de español o simplemente, gente que me entienden gracias al "translate".
Supongo, pero no lo sé. Me siguen en el silencio y en el anonimato, pero me siguen, escribo para ellos y siento amor y agradecimiento por ellos, porque me privilegian con su tiempo e interés.
Me ha emocionado saber que algunos periodistas han juzgado interesante mi trabajo, pero aún más, sentirme acompañado por muchas personas invisibles a veces tan lejanas como diferentes.
Hoy, al llegar a las 20,000 lecturas de mi blog, me siento feliz y deseo pregonarlo por el aire gracias a los electrones.
20,000 entradas en el blog
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