jueves, 21 de abril de 2016

Boca sucia

Siempre oí que el mejor español, o castellano, es el que se habla en Castilla. De tal suerte, que Salamanca y Valladolid, por ejemplo, son la bandera del bien decir o del bien hablar.

El acento, la pronunciación correcta y la sobriedad del carácter de sus gentes, me convencieron de que era así.

En la época de "D. Francisco" y tanto los azules como los rojos, saben  a quién me refiero, los locutores de radio y televisión, hablaban "español", sin acento regional y transmitían la pureza del lenguaje, incluso en las retransmisiones deportivas.

En la época "libertaria" parece primar que los locutores tengan el acento de su región, haciendo así patria pequeña y marcando las señas de identidad.

Es cierto, que la lengua española, se ha empobrecido gracias a planes de estudio mal diseñados, en los que no prima el esfuerzo y la excelencia.

Es verdad, que nuestro idioma, está "plagado"y he sido muy acertado escogiendo este verbo, de galicismos y anglicismos. "A nivel de" o lo que aún es peor, "footing" o "puenting", son ejemplos palmarios.

Tampoco me gusta lo de "supernormal" "superguay" y tantas expresiones similares, que a fuerza de repetirlas, serán admitidas por la RAE, en el diccionario de la lengua española.

No miento, si digo que muchos locutores actuales, utilizan el micrófono como un arma masiva de destrucción lingüística. "Gana de dos" una "volata" y otras expresiones más, se integran en nuestras conversaciones, para satisfacción del ego personal de algunos locutores.

No olvido tampoco a los políticos, inyectando en vena a los oyentes lo de "todos y todas", además de otras majaderías.

Tampoco dejo atrás, la pobreza del vocabulario de la gran masa social de nuestro país, utilizando palabras comodín, para cualquier objeto, pues no tienen suficientes recursos de vocabulario.

Y no digamos, los que hablan en "jerga messenger" por ejemplo.

Pero lo que no puedo soportar, es el "arte del taqueo" y especialmente, de la "blasfemia". Son muchos, los que nos dañan los tímpanos con palabras malsonantes, que ni vienen a cuento ni las dicen tan siquiera, con reparo.

Es normal, que nuestra lengua evolucione con la sociedad y con los nuevos descubrimientos, como lo fue en su día, el teléfono o la radio y ahora lo es el "guasapeo" por ejemplo, pero es una pena, que nuestro idioma degenere, y se pierda, en parte la pureza de un gran activo mundial, como es la lengua española.

Hace muchos años, oí que el mejor español, no se habla en España, sino en Bolivia.

Al parecer, allí se conserva mejor el idioma que llevamos y además, se habla con respeto, sin tutear a las personas, sin decir tacos ni blasfemias y sin tantas estupideces como por acá se oyen.

Bueno, tal vez, he exagerado un poco con lo de los tacos. Aquí nos ensuciamos la boca insultando con la palabra "gilipollas", mientras los maduritos venezolanos, por ejemplo, dicen "follamelones".

De pequeño, cuando soltaba tacos, me decían en casa que me iban a lavar la boca con jabón. Tal vez, si todos los padres hubieran dicho lo mismo, no tendríamos la mayoría de los españoles, la boca tan sucia.

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