viernes, 21 de enero de 2022

El viento de los sueños

No sólo viajo físicamente; también lo hago imaginariamente, cuando veo mi colección de arenas del mundo.

Las arenas blancas, me trasladan a mares tropicales de coral; las verdes o negras me llevan a islas volcánicas, como la Reunión, Islandia o las Hawái; la fina textura de algunas, me transporta a desiertos como el Sahara, el Atacama, o el Gobi, mientras que otras, de texturas y colores muy variados, me recuerdan hechos y lugares históricos: las playas del Desembarco de Normandía o la Costa de los Esclavos, entre los ríos Níger y Volta, en lo que hoy son Nigeria, Togo y Benín, sin olvidar las islas de Goréa en Senegal y Zanzíbar, hoy parte de Tanzania, tras su unión con Tanganica.

                                         Islas volcánicas                         Desiertos del mundo

                   

                                              Playas normandas               Tráfico de esclavos  

                                                                                    Zanzíbar                                     Ouidah, Benín

 
     Isla de Goréa           Puerta sin retorno

     
                          Playa volcánica                  Lava negra                   Lava verde: olivina

También viajo con los sabores, a través de las rutas de las especias, abiertas por comerciantes, exploradores y potencias coloniales, conformando el mundo que hoy conocemos.

 

Cuando bebo un té con hierbabuena, pienso en una estrellada y mágica noche en el desierto de Mauritania; un suave té negro "achampanado" u otro intenso con bergamota, me evocan la India; un té con cardamomo, a Sri Lanka; uno de jazmines, a China y un café de civeta, "Coffee Luwak, a Indonesia
      
        Té de bergamota                 Té con cardamomo            Té con hierbabuena



                                          Campo de té. India             Té con menta. Mauritania
  
                                     Civetas comiendo granos de café                             Coffee Luwac
                                       Tueste de café de civeta          Degustación de cafés

Historia, geografía, novelas, arenas, colores, olores, sabores, imágenes, estelas de aviones, surcos en la mar, todo incita al recuerdo de lo pisado y vivido o a los deseos de nuevas singladuras y vuelos, para pasear nuevamente, mis 206 huesos, envueltos en mis 2 m² de piel. 

Mientras escribía este artículo, el viento de los sueños movía un velero y yo bebía té y oía cantar Edelweiss a Julie Andrews. Tal vez, mueva los míos y pueda ver una primavera en Azores; vivir un verano en Suecia y pasear un otoño por Japón. Sólo el Señor que mueve los vientos, sabe, si mis sueños serán algún día realidad.

martes, 18 de enero de 2022

Cara al sol

Aquí estoy, "cara al sol", contemplando el amanecer en el Mediterráneo, en un invierno suave y hermoso. Tengo las manos en el teclado, con una "pizca" de ironía.

He sido testigo de muchos años de dicta-blanda y de democra-dura. Soy un verso libre, que piensa por su cuenta; sin seguir reiteradas consignas, "cocidas" por los políticos; un ciudadano de a pie, con espíritu crítico, que se cuestiona todo y pregunta mucho.

Nací en la España en blanco y negro, donde un Ministro tenía una relevante formación académica y solvencia intelectual; un Gobernador Civil, tenía autoridad y los agentes del orden, lo imponían en los campos y las poblaciones.

No había libertad para según qué cosas, pero tampoco libertinaje. La mayoría de los españoles, pensábamos y nos movíamos  libremente y sin miedo.

Vivíamos relativamente bien, aunque no como ahora, algunos "conversos" de la nueva política, adictos a la mamandurria".

Había censura, lo sabíamos y aprendimos a vivir con ella. Leíamos entre líneas la Codorniz, "La revista más audaz,  para el lector más inteligente", con estelares frases como: "Parte meteorológico: Reina en España un fresco general, procedente de las costas de Galicia"

Sin embargo, se "mascaba" el cambio. Paco Ibáñez cantaba "A cabalgar, a cabalgar, hasta enterrarlos en el mar" y el grupo Jarcha lanzaba al aire su: "Libertad, libertad, sin ira libertad y si no la hay, sin duda la habrá"

No es extraño pues, que aún viviendo Franco, un comunista, dijera a un locutor de TVE en mi presencia: Te doy mil duros si dices en el telediario: "Por fin, Franco ha muerto" y ante su sonriente negativa, el "rojo camarada", insistió: Me vale con que digas "Por fin"

Tampoco se respetaban los derechos humanos, como ahora. Recuerdo que un "peludo" de la época, se puso a bailar y a cantar, mofándose de nuestra bandera, mientras la izaban en la Capitanía General de Sevilla. Le llevaron al cuartel, por faltar el respeto a nuestro símbolo nacional y le afeitaron la cabeza.

Pero en España ya somos demócratas y todo ha cambiado:

Hay libertad y se respetan los derechos humanos. Puedes quemar la foto del Rey, mear en los pantalones a un policía  y homenajear asesinos, porque lo ampara la "libertad de expresión"

Hay solidaridad, porque es posible okupar una casa, dejando en la calle a su propietario.

Hay igualdad de oportunidades, porque para progresar, no hace falta tener una brillante formación académica. Ahora, cualquiera puede ser Ministro. Es posible subir verticalmente en la política, por tener ciertas habilidades horizontales, haber sido condenado o carecer de vida laboral previa.

Claro, que la situación no es perfecta. Si no piensas como el poder instituido, podrán sancionarte con la Ley de Memoria democrática. Alimentamos nuestros hijos, pero no podemos evitar su  adoctrinamiento  y les impiden estudiar en español; nos enclaustran en los domicilios, deciden qué debemos comer, qué juguetes regalar e incluso, cómo tener relaciones sexuales...

Y yo pregunto:

Realmente...,¿Nuestros hijos son más cultos que nosotros a su edad? ¿Nuestros gobernantes están bien preparados? ¿Se gestionan nuestros impuestos, con eficacia, justicia y transparencia? ¿Los utilizan para promover el bienestar, la solidaridad, la justicia y la libertad o para mantener una enorme industria política?¿Hay mayor seguridad ciudadana? ¿Hay censura? ¿Es la Justicia igual para todos? ¿Somos más libres? ¿Vivimos mejor?

Como somos democráticos y tenemos memoria, que cada cuál saque sus conclusiones. 

miércoles, 5 de enero de 2022

Mar y viento

El viento da miedo; trabaja las banderas, quiere arrancarlas de sus mástiles y éstas, valientes, flamean sus colores. Las palmeras bailan, se cimbrean continuamente y sus largas palmas, lucen despeinadas en los troncos; no se quiebran, de momento, sino que ceden a su empuje, para recuperarse de nuevo.

El viento silba; los mástiles de los barcos tintinean; el agua rachea y mientras vuela, parece humear escapando de la mar.

El horizonte está limpio, sin barcos, en un verde y bravío mar. Ni siquiera "Juan Salvador gaviota", osaría volar así", pues es un momento temerario, que da  significado al proverbio:

                                                 "Gaviotas en tierra, marineros a la mierda".

Me siento pequeño e indefenso, incluso protegido tras los cristales de mi casa. El mismo sentimiento que se tiene atravesando un glaciar; viendo de cerca el magma de un volcán; pisando las inmensas dunas del desierto; sufriendo un temblor de tierra; atravesando una selva cerrada o adentrándose en las  las entrañas de la Tierra.

No sé si un astronauta cree dominar el mundo estando en el espacio, o bien al contrario, siente aún más la pequeñez del ser humano, ante la grandiosidad del firmamento. 

Coronar una montaña embarga, pero se es nada en su cumbre. Una vez, sobrevolé el Everest y me emocioné ante la cima del mundo. Imagino que quienes hayan sufrido su ascenso, arriesgando su vida, habrán unido orgullo, miedo e insignificancia.

Me sobrecoge el viento, oigo música, bebo te y escribo sentimientos tras los cristales. Es un día hermoso, porque respiro 13 veces por minuto, disfruto la Naturaleza y amo la vida.


Noche negra

Las 5 de la madrugada, hora de búhos de muerte buscando comida; de panaderos cociendo el pan; de urgencias de hospital; de ensabanados que no duermen, por amores con gimnasia, por angustias de la vida... o como yo, que simplemente, me he despertado a deshora sin ruidos, preocupaciones, ni causas aparentes.

Pregunto a Manolo, mi subconsciente, si tengo algún problema, pero está durmiendo y no me responde.

Oigo música para dormir, con una voz suave en off, induciendo al sueño. Estíííírate, adoooopta una buena postuuuura, relaaaaja tu cuerpo, respiiiiira profuuuundamente, afloja tu mandíbula, deja caeeeer la lengua... y apago semejante bodrio.

Cuento entonces ovejas y veo al carnero de la legión, a los cabrones de la política y a los borregos que les siguen el juego. "Oigo" el silencio de los corderos y  me "ennervio" con mala lactosa.

Tengo sueño, tanto, que no me deja dormir, pero me niego a caer en el "pastilleo" contra el insomnio. Bostezo aburrido, cierro los ojos y desespero en la espera...

....Morfeo me abraza y Manolo, mi subsconciente, me cuenta los problemas que me atormentaban: hay un inconsciente ministro que hace huelga de juguetes, dice que comer carne es de machistas y que exportamos mala carne, eso sí que "manda huevos" y no lo de Trillo, me comentaba.

...Hay otro ministro que da subvenciones inconfesables y una ministra dice que los hombres somos abominables heteropatriarcas y debemos cambiarnos al sexo fluido. De seguir así, creo que un dia, nos apliquen la ley de Muerte digna, ya sabes... un aborto con carácter retroactivo.

Chiqui, hay otra ministra, que se le ponen los pelos muy raros, cuando inventa impuestos los fines de semana, como si los sábadetes, tuviera orgasmos fiscales para salvar a España. 

... Por lo visto, "los niños no son de los padres", pero tus hijos deberán pagar de por vida la deuda generada por millonarias subvenciones, por los "quéhaydelomío", los hechos diferenciales, las mariscadas y las orgías en casas de lenocinio, para salvar a los obreros, de la explotación capitalista.

10 de la mañana, estaba "sopa" y sudoroso del mal sueño, pero me desperté, ironías de la vida, porque se me había dormido una pierna.

La luz entraba a cañón en el dormitorio, estaba "cara al sol con el pijama nuevo" y salté raudo de la cama, por miedo a la "Ley de Memoria Democrática". 

Me sentía culpable de mi pesadilla y me eché un agüita tibia en la ducha, para limpiar mis malos pensamientos. Había sido muy injusto, porque en el fondo, pero que muy en el fondo, tengo fe ciega en mi Presidente, que siempre "calla la verdad".  

                           " En política, si no estás confuso, es porque no tienes las ideas claras"

Dedicado a los que nacieron después que yo, porque si esto no cambia pronto, "de ellos será la desgracia".


lunes, 3 de enero de 2022

Sir David Frederik Attenborough

A veces, he soñado un pasado no vivido, en Kenia o en la India de la época victoriana; en la antigua Indochina francesa; o en la Guinea Ecuatorial española, tan bien ambientada en el film "Palmeras en la Nieve"

Nací tarde para vivir aventureras exploraciones, en lejanos e ignotos paisajes y no debería soñar con otra época, pues cualquier tiempo pasado, no fue mejor. Habría sufrido dolores sin anestesia, enfermedades sin diagnóstico, tratamientos inadecuados y lo más determinante,... habría sucumbido ya, víctima de cualquier enfermedad tropical, como la malaria o la enfermedad del sueño, por ejemplo.

Pero puestos a soñar, me habría encantado acercarme en algo, aunque fuese mínimamente, a la vida de un personaje algo más reciente, con el que me siento identificado: 

Sir David Frederick Attenborough, Londres, 1926, científico, naturalista y divulgador británico; pionero de documentales sobre la naturaleza, escritor y presentador de ocho series de televisión en la BBC  

Su dilatada experiencia, por todo el Planeta; conociendo su diversidad biológica; relacionándose con pueblos extraños; divulgando con notable éxito sus conocimientos y llegando al corazón de la sociedad es una trayectoria admirable, que jamás podría remedar. 

Solo soy pues, el yo de aquí y ahora, un español que admira a David Attenborough, su obra, su trayectoria y su legado vital.

              

        

                    

     



     


                  
         Sólo un  humilde admirador de Sir David, F. Attenborough
 




"El futuro de la vida en la Tierra depende de nuestra capacidad para tomar medidas. Sólo tendremos éxito, si hay un cambio en nuestras sociedades, en nuestra economía y en nuestra política. He sido afortunado en mi vida, por ver algunos de los mayores espectáculos naturales que el mundo ofrece. Sin duda, tenemos la responsabilidad de dejar para las generaciones futuras, un planeta que sea saludable y habitable, para todas las especies".  Sir David Frederick Attenborough


Dedicado a todos las personas e instituciones, que luchan por conservar y mejorar nuestro planeta, sin demagogias, ni espurios intereses sociales, políticos o económicos 

sábado, 1 de enero de 2022

Horizonte de nácar


El sol anunció su llegada y la luna huyó con sus estrellas. Un mar sin olas, besaba el horizonte. Dominaba un rojo anaranjado que progresivamente, tornó a un suave celeste.





Las aves aún no jugaban en el cielo; los barcos no araban la mar y la gente despertaba a los afanes del día. Olía a pan tostado y a humeante café, mientras surgía el ruido de la vida. 

Era un extraño día de invierno, de Año nuevo, con sudor entre lantanas, buganvillas y chapuzón valiente en el mar.

Ya están entre nosotros, los europeos del norte, que han imitado las aves migratorias, huyendo de sus frías y eternas noches. 

Vinieron a los amaneceres del sur; a nuestro mar "entre tierras"; a pasear sus largos años vividos, por la luz de nuestro paisaje...un dulce y merecido destino, para los "serios del norte", tras años sometidos al reloj del trabajo.

Nuestra "casa", es un paraíso para ellos, por la gastronomía, el patrimonio artístico, el clima, el variado territorio y nuestro acogedor carácter. Encuentran entre nosotros, bienestar, seguridad sanitaria y ciudadana, en un agradable entorno a un coste asumible.

Son muchos los europeos  que han "anidado su jubilación" entre nosotros y formando parte de nuestro paisaje, paseando en pantalones cortos por la playa o por los mercadillos populares al aire libre.

La bruma ha vencido la tenue luz del ocaso, la suavidad ha inundado el paisaje y "nuestros rubios del norte" se han recogido en sus hogares, tras la melancolía de un horizonte de nácar.