martes, 3 de septiembre de 2019

Benín. Capítulo 19. Ouidah. Tráfico de esclavos

Los gritos alarmaron a los integrantes de la aldea. Hombres blancos, armados y con grilletes, capturaban a los africanos auxiliados por negros de otras etnias.
Fueron conducidos campo a través hacia la costa y encerrados en inmundos lugares, separados por sexos y tratados como animales.

"Los soberanos de África negra no iniciaron la trata de esclavos, pero muchos de ellos se enriquecieron con esta actividad"

Serían vendidos y embarcados en la costa atlántica hacia tierras lejanas, hacinados en las bodegas de veleros, que participaban en un comercio triangular: esclavos hacia América, materias primas hacia Europa y productos manufacturados para África, donde volverían a cargar más esclavos.
La ruta comercial que se estableció en el Océano Atlántico desde el siglo XVIII hasta el siglo XIX, fue un fenómeno histórico de larga duración. Involucraba a tres continentes y  tenía forma de triángulo.
"El comercio triangular  fue la base del sistema de producción de las plantaciones americanas y sirvió para el desarrollo pre-industrial en Europa"
Muchos esclavos, morirían antes de ser embarcados; muchos otros, fallecerían en la travesía, siendo pasto de los tiburones durante el viaje. Los que llegaron al Nuevo Mundo, tuvieron un destino tan negro como su propia piel.

Los negros esclavizados en la costa atlántica, salían de varios puntos, hacia América, siendo los más importantes, la isla de Goréa en Senegal, Ouidah en Benín y el fuerte de S.Jorge de la Mina, en Costa de Oro. En el siglo XIX, extraían esclavos de Angola. Los portugueses llevaron esclavos a sus islas de Sao Tomé y Príncipe, en el Golfo de Guinea. Conocí algunos de sus descendientes en las roças de cacao y café; los denominan angolares

Los negros capturados en las costas del Mar Rojo y del Océano Índico, eran embarcados en Zanzíbar, mayoritariamente hacia Oriente Medio y otra parte, hacia América.
Había estado Goréa y Zanzíbar y ahora visitaba Ouidah. En los tres lugares,existe una puerta llamada del "No retorno"  En Ouidah, antes de embarcar los esclavos, se les hacía dar 7 vueltas alrededor de un árbol aún en pié, llamado "Árbol del olvido", para que no recordaran su origen ni su identidad. No parece que fuera eficaz, pues llevaron al Nuevo Mundo sus costumbres y creencias. También vimos otro árbol al que daban tres vueltas los esclavos, para que sus espíritus volvieran a su tierra tras su muerte.
Aunque la esclavitud fue finalmente abolida en el siglo XIX, en 1973 conocí esclavos en Mauritania. Se estima que hay actualmente 40 millones de esclavos en el mundo. Las nuevas formas de esclavitud son fundamentalmente matrimonios forzosos, servidumbre por deudas, sometimiento por magia negra o trata de blancas.

Típico velero de tráfico de esclavos
Principales rutas de tráfico de esclavos

ISLA DE GORÉA, SENEGAL
Casa de los esclavos en la isla de Goréa. Abajo
 estaban los negros; arriba vivían los negreros
Puerta del no retorno donde esperaba el barco

Escenas de castigo de esclavos

ZANZÍBAR
Monumento a la esclavitud
Mazmorras

OUIDAH, BENÍN
Árbol del olvido



Fosa común de esclavos fallecidos en Ouidah

Las almas de los esclavos que rodeaban tres 
veces este árbol, volverían de nuevo a su origen 
 
Puerta del no retorno



lunes, 2 de septiembre de 2019

Benín. Capítulo 18. Etnia Tofuni, los habitantes de Ganvié

La tribu Fon, del Reino de Abomey, apresaba en el S XVIII, a miembros de otras etnias menos poderosas y los vendía a los traficantes de esclavos. Los Tofuni, sabían que los Fon no se adentrarían en las aguas, por sus creencias religiosas y se aventuraron a vivir en la laguna de Nokué, construyendo chozas sobre palafitos; pilotes de madera que clavaban en el fondo de la laguna.

Dos siglos más tarde, los Tofuni han creado un poblado palafítico conocido como Ganvié,. Esta forma de vida, no era desconocida para mí.  Conocía que en España, el primer asentamiento humano en el húmedo valle del Guadalquivir, sobre lo que hoy es Sevilla, se hizo con chozas sobre palafitos, por la que se llamó Hispalis, que se transformó en Isbilia durante la dominación árabe y finalmente, en Sevilla. 

Algo similar vi en Camboya, donde refugiados que huían de las guerras de Vietnam, aprendieron a vivir igualmente en una ciudad acuática.

Los Tofuni, por su forma de asentamiento, sus hábitos y costumbres, constituyen una de las mayores curiosidades del África guineana. Hablan un dialecto propio, que ha adoptado palabras de los Fon, la etnia vecina de tierra firme.

Los hombres, se dedican a la pesca; crean pecios clavando hojas de palmera y troncos en el fondo, al que acuden los peces en busca de comida y refugio. Luego, rodean el pecio con sus redes y capturan la pesca.

Las mujeres se dedican al comercio y al avituallamiento de agua potable que compran en uno de los palafitos, para su propio consumo personal.

Las aguas residuales van directamente al lago, por lo que el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas, es elevado.

Ganvié empieza a ser destino turístico, aunque sus habitantes no parecen muy contentos por ello. Son ariscos, y les molesta mucho ser fotografiados, tanto en las casas, como en las embarcaciones y reprenden a los Tofuni que transportan turistas, si pasan cerca de sus casas Quizás este comportamiento, se deba a su histórica desconfianza hacia los que vienen de tierra.

Muchas de las viviendas palafito, están en mal estado de conservación y cuesta pensar que resistan la fuerza de la gravedad. Se encuentran en la zona menos profunda del lago y algunos emprendedores, hacen islotes de relleno como base sólida para construir hoteles y restaurantes.

Se ven niños remando una piragua en solitario y se observa un constante y denso tráfico entre los canales de las casas. Es todo un espectáculo observar esta forma de vida.