martes, 12 de abril de 2016

No entiendo nada

Este mundo es muy complicado.

"Antes, cuando nacías, tu madre siempre estaba en el parto" 

Ahora, con los vientres de alquiler, es que muchas veces, ni la conoces.

Al parecer, esto es un adelanto y yo no lo discuto, pero a mi me gusta lo de siempre. Es que ya, ni siquiera se puede decir, que "Madre, no hay más que una"

Tampoco comprendo que me digan raro, carca y antiguito, porque sólo me gustan las mujeres, nunca he tenido melenas, jamás me he fumado un porro y no soy rockero ni uso pantalones vaqueros rotos ni sin romper.

Pero ya, lo que me acaba de desconcertar es el jaleo que se traen con los papeles.

De modo, que un inmigrante que llega como puede, si es que llega a Europa, es "un sin papeles" y por ello, es socialmente rechazado y se le devuelve a su país.

Pero los hay también "con papeles" y están siendo igualmente denostados. Pero en este caso, no los echan de España, sino que los linchan moralmente, los detienen y los meten en prisión.

Por lo visto, son gente importante de la política, los negocios, el deporte o la cultura. Empresarios, ministros, actores, directores de cine y una pléyade de gente llamada "guapa".

Al parecer, su delito es que los han engañado y les han dado papeles que llaman de Panamá.

Tengo que enterarme bien de lo que está pasando. Yo había oído hablar del canal de Panamá y del sombrero de Panamá, pero nunca de los papeles.

Luego me he enterado, que

                    "La zona donde están los bancos en Panamá, la llaman "la lavandería"

Ando yo un tanto acomplejado, porque además de ser tachado de carca y más cosas, resulta que Franco nunca me metió en la cárcel por luchar contra la opresión, no salgo en los manifiestos de intelectuales que apoyan a los de izquierda, ni en la prensa del corazón y ahora, tampoco he salido en los "papeles de Panamá"

Decidídamente, soy un "pringao", un ex- trabajador por cuenta ajena, padre de familia y temeroso de Dios, al que nunca le negaron el certificado de penales.

"Los únicos actos heroicos de mi vida, han sido ganar unas oposiciones y firmar un acta de matrimonio y una hipoteca".  

Jubilado, sin obras que mirar para entretenerme, porque hay crisis del ladrillo y con una televisión que para qué te cuento, solo me queda resignarme al aburrimiento, la mediocridad y el desconcierto.

Y es que en este país,

"El que no está confuso, es porque no tiene las ideas claras"

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