En 1822 nacía Louis Pasteur y José de San Martín se entrevistaba con Simón Bolívar en
Guayaquil, para negociar su unión militar en su lucha por la independencia de
España. El 12 de enero de ese año, el Tribunal del Real Proto Albeiterato,
presidido por Segismundo Malats, responsable de las caballerizas del Rey Fernando
VII y más tarde, fundador de la profesión Veterinaria en España, firmaba el
título de Herrador y Albéitar a D. Miguel González Cañizal, con el siguiente
texto:
Nos Don Segismundo
Malats, Don José María Montero y Don José Victoriano Montero, Mariscales de
número de las Reales Caballerizas del
Rey nuestro señor; Alcaldes mayores, Examinadores en todos sus Reinos y
Señoríos de los albéitares y Herradores á VV. EE. y VV. SS hacemos saber cómo
Don Miguel González Cañizal, natural Tamames Provincia Salamanca, estatura
cinco pies escasos pelo castaño, presentó á este Tribunal los documentos
competentes para que ante la misma, fuese examinado, y habiendo remitido las
Diligencias á este Tribunal las aprobamos y acordamos expedirle título de
Herrador y Albéitar al mencionado Don Miguel González Cañizal para que
libremente y sin incurrir en pena alguna use y ejerza dicho arte y facultad de
Herrador y Albéitar en los casos á él tocantes en la Corte, Ciudades, Villas y
demás pueblos del Reyno, poner tienda pública con oficiales y aprendices;
habiendo prestado juramento de usar bien y fielmente su profesión. Por tanto de
parte del Rey nuestro Señor exhortamos á VV. EE. y VV. SS. le dejen y
consientan usarla, sin ponerle impedimento alguno, ni permitir que sobre ello
sea molestado bajo las penas que incurren los que se abrogan jurisdicción que
no tienen, y de las demás á que se hagan acreedores; antes le guarden y hagan
guardar todas las honras, gracias, mercedes, franquezas, libertades,
prerrogativas é inmunidades que á semejantes maestros suelen y deben ser
guardadas, haciendo se le paguen los derechos y demás que por razón de su
oficio le fueran debidos. Y declaramos que el referido ha pagado á S. M. el
derecho de Media – anata. Dado y sellado con el sello Real y el del Tribunal en
Madrid á trece días de Abril de mil ochocientos veinte y cinco. Prebiniéndose
que fue aprobado en 12 de Enero de 1822 y ahora
se le revalida el título en virtud de lo mandado por S.M.
No tengo más información de mi tatarabuelo, pero la tradición
oral transmitida de padre a hijo, es que ua profesión gremial prácticamente
hereditaria y que probablemente, no fue el primer albéitar de la familia, pero ello
queda en la duda del tiempo oscuro. Lo que sí es seguro es que ejerció la
profesión en Tamames de la Sierra, en Salamanca.
Dos años después de su titulación como albéitar, mientras
templara a golpes las herraduras en su forja, sonaba por primera vez, para el
auditorio musical, los sones de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beetthoven.
Treinta y un años después, en 1853, Argentina aprobaba su
Constitución Nacional, sonaba por primera vez la Traviata de Verdi y nacían
Cecil John Rhodes, que daría nombre a Rhodesia, la actual Zimbabwe y el
político español Antonio Maura. Ese mismo año, Leandro del Valle y del Río, mi
bisabuelo, yerno de Miguel González Cañizal, obtenía el título de Profesor
Veterinario de Primera Clase en la Escuela Superior de la Corte. Lo firmaba el
Ministro de Fomento, en Aranjuez, en nombre de S. M. la Reina Isabel II de
España. Leandro era natural de Guarrate,
Zamora, pero ejerció posteriormente su profesión en Tamames de la Sierra, en
Salamanca.
En el año 1901 nacía Joaquín Rodrigo, el autor del Concierto
de Aranjuez, fallecían la Reina Victoria de Inglaterra y el compositor Verdi.
También, el 27 de julio de 1901, Miguel del Valle y González, natural de
Tamames de la Sierra, mi abuelo, obtenía el título de Veterinario, que firmaría
el Subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, de orden
de S.M. EL REY, y en su nombre, LA REINA REGENTE DEL REINO.
No tuve el privilegio de conocerle, pues murió pocos meses antes de nacer yo. Sé que también ejerció la noble profesión de Veterinario, en
Tamames de la Sierra. Atendía 14 pueblos de la zona, desplazándose a caballo,
acompañado de un perro mastín llamado Lenin. Sacó adelante a 7 hijos y uno de
ellos, Leandro, mi padre, sintió la llamada de la profesión Veterinaria.
En 1941, un tremendo incendio, arrasó el centro de Santander;
la Alemania nazi invadió Rusia; Roosevelt autorizó el desarrollo y la
construcción de la bomba atómica y fallecieron
Alfonso XIII, Rabindranath Tagore
y el Kaiser Guillermo II.
El 8 de octubre de ese mismo año, Leandro del Valle García,
obtuvo su título de Veterinario, gobernando en España Francisco Franco
Bahamonde. Siguió la estela de su
hermano mayor, que había llegado previamente a Sevilla, con el General Queipo
de Llano, con ocasión de la Guerra Civil española. Había ganado la oposición de
Veterinario Titular del Ayuntamiento de Sevilla. Fue Veterinario del Matadero,
de la Lonja de Pescados y del Mercado de Entradores de Sevilla. Simultaneó su
actividad oficial con el ejercicio libre de la profesión. Fue Veterinario
clínico de ganaderías de reses bravas, como la de Joaquín Buendía, El Algabeño,
Diego Puertas, Antonio y Enrique Ternero, etc.
Posteriormente, fue funcionario y Veterinario del Instituto
Nacional de Colonización de Sevilla y Córdoba, jubilándose en Madrid, como Jefe
Nacional de los Servicios Veterinarios
de dicha Institución, ya con el nombre de IRYDA y fue distinguido con la
Encomienda al Mérito Agrícola.
En 1971, la nave soviética Mars 3 lograba posarse sobre la
superficie de Marte; Nikita Sergueyevich Khruschev, fallecía en Moscú el 11 de
septiembre y John Lennon compuso Imagine. Ese mismo año, terminé yo, Miguel del Valle González, la
Licenciatura de Veterinaria; gobernaba aún,
Francisco Franco Bahamonde.
Fui un veterinario atípico. Me especialicé en Tecnología de transformación
de productos de la pesca y me instalé en Nouadhibou, Mauritania. Más tarde, gané una plaza de Funcionario del
Estado y fui destinado a Santander, como Inspector Provincial de Sanidad
Veterinaria.
Luego fui Delegado Territorial del Mº de Sanidad y Seguridad
Social de Melilla y volví de nuevo a Santander, como Director del Mº de Sanidad y Consumo de
Cantabria; Microbiólogo del laboratorio
de Sanidad; miembro del Gabinete Técnico del Consejero de Ganadería, Director
General de Sanidad y Consumo y Jefe de Servicio de Seguridad Alimentaria de
Cantabria.
Además, cubrí varias misiones internacionales con la FAO y la
UE. El 28 de Junio del 2013, me jubilé como funcionario público.
Si Mars fue un preludio de su mentalidad viajera, la muerte
de Nikita pareció augurar que conmigo acabaría una larga saga de 5 generaciones
de Al- báytar primero y de Veterinarios después, sirviendo a España durante 191
años, a lo largo de tres siglos. Ya entrado el Siglo XXI, ninguno de mis tres
hijos ha estudiado Veterinaria. Por ello, sólo me queda cerrar con honor y respeto,
la trayectoria profesional y humana de mis antepasados y colegas.
Me gusta saber cosas de mi familia. Gracias primo
ResponderEliminarmuy bien ,Miguel
ResponderEliminarGracias Dario,
ResponderEliminarLas 5 generaciones de mi familia, hemos cubierto una larga hoja de servicios a la Sanidad Animal y a la Salud Pública.
Ya jubilado,disfruto de un merecido descanso. He cedido el relevo a nuevos profesionales, que seguirán sirviendo con vocación y eficacia a la sociedad.
Tu y yo, cubrimos una ilusionante etapa, pero ya somos profesionalmente el pasado. Nos queda la satisfacción del deber cumplido.
Gracias por tu comentario. Un abrazo
Sabía algo de la historia de tu familia y tu escrito que he leído con atención lo ha completado.
ResponderEliminarTus hijos han estudiado lo que ellos han querido y para ti también tiene que ser una satisfacción.
Un abrazo y que el año nos sea fácil de sobrellevar.
Gracias por el comentario Suso. Mis hijos siguieron su propia vocación y yo respeté su decisión. Es posible que uno de mis nietos quiera ser veterinario. El tiempo lo dirá
EliminarMagnífico artículo. Debes estar muy orgulloso de tal trayectoria ancestral,y de la aportación que tu familia ha aportado a España. Me ha gustado mucho. Enhorabuena, solo decirte que siento que ninguno de tus hijos haya querido continuar con tan noble profesión. Un beso enorme. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias María, por tus palabras, que valoro mucho, siendo tú una reconocida novelista. Si, es un orgullo pertenecer a esta saga de veterinarios. Siempre respeté las vocaciones profesionales de mis hijos, aún a riesgo de que se rompiera la tradición familiar. Si la sexta generación no continuó la tradición, parece que la séptima reanude nuestra historia veterinaria.
EliminarYo también estoy orgulloso de tus publicaciones Un beso, María
Me he equivocado al repetir aportar, y no he logrado rectificar. De todos modos ahí te lo dejo.
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