jueves, 28 de febrero de 2019

China en la mochila

Frío en escarcha; calor de chimenea; música suave; pájaros ateridos; árboles podados y rojas camelias previas a las mimosas.

Sueños tardíos en dulces sábanas; lentos despertares con amores de sedosa piel; sol que llama tenue a la vida; sabores naturales de la madre tierra; besos de agua en lluvia de ducha y políticos apacentando el rebaño en las ondas.

Olas besando la arena; veleros surcando espumas al viento; gaviotas en acrobacia de libertad; perros juguetones de pelota y arena; paseantes sin camino y soñadores de mares lejanos.

Aves voladas al sur; luna mentirosa creciendo y menguando; blanco invierno esperando los colores; tiempos pasados de asadas castañas; amores bajo lanas y franelas; nostalgias de luz y deslizares de nieve.

Paz, mucha paz, quizás demasiada; pies inquietos; alma viajera; corazón ávido de emociones y tiempos de sueños

Cataratas de Iguazú; la Pampa; Usuaya; tierras del perdido imperio regadas por nuestra sangre; llamas, pumas y guanacos, historias lejanas de madre patria y paisajes de proezas y nostalgias.

Selva del sur; Buda y Confucio; laderas tibetanas, etnias pegadas a la tierra y a las tradiciones; terrazas de arroz; amarillos campos de canola; magia exotismo y misterio.

Aires de primavera; ilusiones al viento; brújula caprichosa; Occidente u Oriente; aventuras de soñadores; mochilas de soles y lluvias; amores del camino; amistades solidarias y risas compartidas.

La vida llama a la vida, a botas de senderos; a humos de otras leñas; a rostros lejanos y a corazones ávidos de nuevos horizontes.

Tras semanas de dudas, de búsquedas de caminos de aventura, la brújula de la vida ha señalado el este.

Sudaré emociones fuertes en la tropical selva junto a Laos; veré atónito entre excavadas montañas, cultivos de arroz en terrazas; me impresionará el fantasmagórico Bosque de Piedra; pasearé por pueblos milenarios de la China profunda; veré en la noche, la pesca  con cormoranes; me sobrecogerán las bravías aguas del río Yantzé, allá por el Salto del Tigre; montaré en yak, por las laderas del Himalaya y viviré la espiritualidad de Shangri-Lá, en las altas montañas de frío y mal de altura.

Me esperan numerosas etnias ancestrales, de orígenes perdidos en la noche de los tiempos; vestimentas peculiares; credos diferentes; y costumbres diversas forjadas por la geografía del paisaje y la historia de la vida.

Cuatro amigos, unidos por la curiosidad de lejanos horizontes y por la camaradería forjada en tierras extrañas, viajaremos para "leer la vida"

Ansío alas y viento; risas de amistad; mochilas de paisajes perdidos y rostros de mirada rasgada. Me queman las plantas de los pies, que piden nuevos caminos. 




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