sábado, 9 de septiembre de 2017

El beso del viento

Verano del 17. Cielos azules. Aguas atlánticas. Hijos. Nietos. Sobrinos. Viento del norte.

Cantabria estaba hermosa, plena de turismo, de paisaje, cultura, belleza y fina manta de noche.

Orgulloso de esta tierra, la mostraba a familiares de súbita  e inesperada visita. Cabo Mayor, Sardinero, La Magdalena, un paseo por la bahía y un descenso a una cueva, de agreste acceso y gran belleza

El barco hendía su proa en la espuma, las gaviotas cabalgaban el viento y mi franca sonrisa, se tragaba el aire con sabor a mar.

Mi sobrina, abría los ojos al paisaje, grabando en su mente cada surco de agua y los virajes de los pequeños navíos a vela.

Fue una inolvidable mañana de belleza y sentimiento,  con momentos con sabor a historia.

Noches de grillos, croares de ranas y luces de escasas luciérnagas. Hijo venido, con su familia. Mi familia.

Liencres. Mar abierto. Olas. Surferos. Turistas de furgoneta. Cometas al aire. Sol. Libertad. Naturaleza. Alegría de vivir. Pasión de mar.

Un viejo. Una cámara. Una afición. Reportaje fotográfico, al viento, apurando así los días de mi final.

Colores. Siluetas. Vida. Belleza. Era lo que pretendía cazar para los recuerdos de mi otoño y los que siguen mi blog.

El verano se marcha, pero quedan mis fotos y mis palabras.

BAHÍA DE SANTANDER

Al fondo, Hotel Real y la casa de la familia Botín


Casa de la Familia Botín
El ferry hacia Inglaterra
Las antiguas caballerizas del Palacio de la Magdalena

Palacio de la Magdalena
Faro de la Cerda


Mis inesperados sobrinos
La abrupta costa del Faro de Cabo Mayor
Faro de Cabo Mayor



Con mi sobrina Rocío
Centro Botín


LIENCRES
Banderas al viento


























No hay comentarios:

Publicar un comentario