domingo, 26 de enero de 2020

Suecia en la mirada. Capítulo 3: Sólo música

El pueblo sueco es culto y con gran sensibilidad por la música. Durante mi estancia allá, he asistido a numerosas actividades musicales. Nada más llegar a Goteborg, oí un concierto de jubilados.

Estación de autobuses de Goteborg

En Lysekil, mi inicial ciudad de destino, presencié en su iglesia un precioso y entrañable concierto navideño 

Apenas dos días después, hice lo mismo en la Iglesia de la población de Billingfors


Relacionarse con amigos de otro idioma, no siempre es fácil. Me avisaron que fuera a Suecia con ropa elegante para asistir a un concierto. Entendí que ir con una chaqueta de sport, camisa y corbata, era suficiente para asistir al evento, pero comprobé con estupor que no fue así. 

Gunilla y su familia, asistieron con terno de gala y me encontré en una situación incómoda. el concierto era en el palacio de la Ópera de Göteborg. Ya en la entrada al recinto, divisé algún extemporáneo caballero con sombrero de copa, señoras de largo, con magníficos peinados, algunas con diademas parecidas a coronas, señores de chaqué, con fajines, bandas de seda, zapatos de impoluto charol, condecoraciones, guantes blancos,.... Aquello parecía la ceremonia de entrega de los premios Nobel y me sentí entre incómodo y desplazado. 

Los suecos tienen un cuidado protocolo, inspirado en el británico. Un pueblo hermoso, luciendo sus trajes de gala, era un precioso espectáculo. Decidí observar la alta sociedad de la ciudad, desde un discreto lugar. 

Algunas señoras, lucían grandes tatuajes bajo la transparencia de sus sedas; aislados varones escoceses, iban ataviados con su terno tradicional; bastantes militares, portaban sus uniformes de gala; no faltaron jóvenes rompiendo la lógica de los mayores y el que escribe estas líneas, con una verde chaqueta austriaca.

Terminado el concierto, supe que el gran escenario se había transformado en una pista de baile y que debía bailar valses, como era tradicional en este concierto navideño.

El gran velero atracado en el muelle, es un hotel flotante
Ópera de Goterborg





Cena de los asistentes esperando el baile



  
Presencié una película sobre el concierto de André Rieu en el edificio de la Ópera Sydney. Fue en Bengtsfors, una población cercana a Ed. Violinista y director de orquesta, Rieu es un magnífico show man holandés, que encandila, divierte y enamora a los amantes de la buena música. Disfruté enormemente de aquél espectáculo y a la salida, tuve que enfrentarme de nuevo a la fría noche del invierno sueco.

Camino de casa, una liebre variable, corrió largo rato delante de nosotros, deslumbrada por los potentes faros del coche. Fue emocionante ver aquel desconcertado animal, con su blanco pelaje de invierno








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