miércoles, 30 de agosto de 2017

Gúdar, pueblo noble y bravío

Es hermoso sentirse orgulloso de los orígenes. Beber en la historia de los antepasados, otorga autoestima, amor de familia y conciencia de grupo.

Es gratificante volver a los pueblos de origen de nuestros progenitores, conectar emotivamente con nuestros seres queridos ya desaparecidos y dar relieve a las historias y vivencias oídas a nuestros mayores sobre tiempos ya pasados.   

Tamames de la Sierra y Peñaranda de Bracamonte por mi parte; , Ólvega, Villatoro, Gúdar., son puntos entrañables de nuestra piel de toro, que han aportado su genética a lo que hoy somos y proyectamos en el futuro.

Esta vez, ha tocado visitar Gúdar, Teruel, uno de los pueblos más altos de España, del que emanó la rama Gómez de mi familia política.

Fue una visita intimista, pero multitudinaria, pues viajamos hasta allí 18 familiares ligados por lazos de sangre o de Cupido.

La despoblada Teruel, nos recibió en su paisaje agreste, árido, noble y bravío, para llegar por fin, desde el norte , el sur y el centro de nuestro país, a Gúdar.

A principios del siglo XX, fue destinada allá Andresa Lozano, una joven maestra dispuesta a educar los zagales de un frió y elevado pueblo que carecía incluso de luz.

Allá ejerció su vocación y se casó con un terrateniente de pueblo, dando lugar a una saga de la que con los años, surgió quien me dio los hijos que son los puntos cardinales de mi vida.

La pasada semana, cuando ascendimos al pueblo, lo hicimos con uno de los nietos de Andresa, que pasados los 80, regó sus ojos de lágrimas al identificar la casa de sus abuelos.

La semiderruida casa, había sido restaurada por una familia valenciana y sus paredes, guardaban emociones y secretos de un tiempo que nunca volverán.

Cerca y como parte de la historia negra de la España profunda, estaba aún en pie una casa unida a la tragedia. Su antigua propietaria, había sido ahorcada por el pueblo, en la dura etapa de guerra civil, como posibles delaciones durante la contienda.

El pueblo duerme con sus piedras, sus recuerdos y emociones, acostado en secas laderas de cuestas imposibles. De colores ocres, como la tierra que le sustenta, tiene en su punto álgido, el cementerio donde reposan los muertos del lugar.

Los vivos, en invierno, se afanan subiendo y bajando sus empinadas calles, auxiliados por barandillas que les sirven de apoyo en los fríos inviernos de hielo y cierzo.

Empapados de emociones y ahítos de felicidad y autoestima, recorrimos algunos pueblos de la provincia: Rubielos de Mora, Mora de Rubielos y finalmente, un maravilloso pueblo aragonés: Albarracín.

Soy viajero empedernido, de esos de mochila y aventuras lejanas, donde es invierno cuando estía en España o donde las noches son calientes mientras nuestro país se congela. Pero, he de reconocer, que no hay que viajar tan lejos para encontrar ignotos paraísos.

Teruel existe y como otros puntos de España, contiene tesoros artísticos y pueblos hermosos llenos de vida y pasión de gente noble, sencilla y valiente.

He aquí un reportaje fotográfico de la experiencia vivida para que disfruten los familiares que vivieron las piedras y las lágrimas de este viaje.

He aquí un testimonio para que los familiares de  "ultramar", puedan evocar los recuerdos infantiles de los que emigraron de la España antepasada y sus descendientes sepan de las piedras donde se forjaron sus raíces antes de cambiar el ayer por el yesterday.  

GÚDAR

Farolas que ya iluminan el pueblo
                                                  Chimeneas de humo y sabor a pueblo

                                             

                                                       Águila besando la cima del pueblo
 Ascendiendo a la cima del pueblo, camino del cementerio, posiblemente el más alto de España, se encuentra un Vía Crucis que tiene su momento de historia en la Semana Santa
                                                            Vistas desde el cementerio



                            Biznieta de la bisabuela Andresa, cuya belleza oculta el oro de su
                            visigoda cabellera
                                     Tradición y tecnología, se besan en el siglo XXI



    El autor del blog y colaborador en la expansión de una de las ramas de la saga
    Cultivo en bancales, como en las lejanas y exóticas terrazas orientales de cultivo de arroz
                            Campanario de llamada a oración, alegrías y rebatos
                            Rejas de cuchicheo de palabras de amor y promesas de pasión
    Casa donde los Gómez y los Lozano, unieron su historia y forjaron una gran saga familiar.
    Barandas para subir las heladas calles del invierno.
Tejados de arcilla cocida protegiendo los hogares de una tierra agreste
    Al fondo, el cementerio en la colina
                       ¿ Mora de Rubielos o Rubielos de Mora? Dos pueblos capicúa de Aragón?
    Soportales típicos de muchos pueblos de España
    

                                                                 ¿Y chorizo guapo?

                            Verano en fiestas de alegría y retorno de emigrados a ciudades




                           España Una, Grande y Libre, a pesar de quienes quieren destruirla

ALBARRACÍN




                            Paredes que se juntan, vecinos que se pasan la sal o se besan































Gente auténtica, de sangre baturra, panza cervecera y mucho colesterol de chorizo y tiratripa.
Paisanos de gorro y boina, que cantan amistad y amor a su tierra.


                            Gallo que no canta.... será de mentira





Dedicado a José María (RIP), Pedro (RIP), Carmen, Antonio y Pat, los nietos de Andresa y creadores de una saga de biznietos que se expanden por España, California, Texas, Delaware, Colorado, Pensylvania y Nueva York.

Que esta modesta aportación, sirva de recuerdo para algunos y sea un descubrimiento para otros, de las profundas raíces de una gran familia.

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