jueves, 26 de abril de 2018

India y Nepal. Capítulo 6: Varanasi

Uno de mis grandes objetivos de este viaje, era realizar un reportaje fotográfico en Varanasi. 

En esta serie de artículos, escribiré sobre las religiones más importantes de la India y el Nepal. Baste decir ahora, que esta ciudad es al hinduismo, como la Meca lo es para el islamismo. 

Por ella pasa el Ganges, el río sagrado en el que todos los hinduístas desean sumergirse en vida para purificarse y también, ser entregado en sus aguas, ya convertidos en ceniza, tras la cremación.

Otrora, la ciudad era nauseabunda, sucia y mísera. Los hindúes enfermos malvivían por las calles esperando la muerte junto al Ganges. Muchos de ellos, no disponían de suficiente dinero para pagar su incineración, y sus cadáveres eran lanzados directamente al agua.

El cólera era endémico y algunos años, musulmanes de la región viajaban enfermos a la Meca y contagiaban la enfermedad a muslsmanes de otros países, que la diseminaban por el mundo.

De esta forma, el cólera llegó a Melilla en 1971 y saltó a la península ibérica. También llegó en 1981, teniendo yo entonces, la responsabilidad de cortar el paso a la enfermedad en la ciudad.

El Ganges, me atraía pues por diversos motivos y francamente, respondió a mis expectativas.  

Al atardecer, asistimos desde una lancha en el río, la ceremonia aarti, que tiene lugar en los "gaths" o escaleras de acceso al Ganges.

Lamenté profundamente, no poder realizar el reportaje desde el río. La distancia y la multitud, impidieron hacer un trabajo presentable.

Tras la ceremonia y fuera de programa y de legalidad, navegamos hacia el lugar donde aún se realizaban cremaciones, pero la policia nos impidió continuar.

Al amanecer, volvimos a embarcar para contemplar los peregrinos venidos de todo el país, para bañarse en el Ganges. El cielo anaranjado teñía los ropajes de los hombres y los exultantes saris de las mujeres, así como las numerosas banderas que ondeaban al viento.

Navegamos hacia los lugares de cremación al tiempo que el sol subía al firmamento. Las llamas crepitaban y el humo subía al cielo. El olor impregnaba nuestro ser y nuestros rostros, hacían una mueca de horror y respeto.

Cada día, incineran más de 400 cadáveres provenientes de toda la India. 

Los cadáveres son envueltos en tela y cubiertos de claveles chinos, que son de color del azafrán. Son sumergidos en el Ganges para ser purificados y posteriormente, depositados en plataformas junto al río.

Son posteriormente cubiertos por unos 300 kg de leña y ésta es prendida con llama proporcionada por el guardián del fuego sagrado.

Ya incinerados, sus cenizas son barridas hacia las aguas del Ganges y arrastradas por la corriente.

Contamos 15 piras que ardían simultáneamente. El espectáculo era dantesco, aunque días más tarde, veríamos en otro lugar, imágenes aún más impactantes.

Desembarcamos en el muelle de las cremaciones, sintiendo el calor y el olor de la muerte, subimos las altas escaleras y encontramos un santón que nos permitió fotografiarle.

Luego, nos perdimos entre estrechas y tortuosas calles donde los comerciantes vendían leña que previamente pesaban con una rústica balanza.

Las vacas sagradas nos acompañaron un largo trecho, dificultando nuestro paso y encontramos un nuevo santón.

Debía cuidar de cómo y a quién fotografiaba. Existe en la zona una mezquita erigida sobre las ruinas de un templo hindú y periódicamente, se producen altercados muy serios entre fieles musulmanes e hinduístas.  Por este motivo, a esa zona, se la llama la "pequeña Palestina"

Busqué la suerte entre estrechas y retorcidas calles, caminando entre animales, gentío y mugre. El empeño dió sus frutos y tuve el privilegio de fotografiar personajes con una plástica y exotismo realmente maravillosos.

Hacía primeros planos, compartía fotos con ellos e incluso conversaba con ellos aunque fuera con la mímica.

Terminado mi reportaje, abracé emocionado mi cámara que protegía como una caja fuerte mi tesoro de siluetas y colores.

Vibeke, una compañera de viaje, supuso una gran ayuda en mi safari de siluetas y colores. Le dirigí una risueña mirada de complicidad y agradecimiento, cogimos un tuc tuc y volvimos al hotel. Había cumplido la primera parte de mi sueño. Aún quedaba Kathmandú en Nepal.

                                 Vaca sagrada interrumpiendo el tráfico
                                Santones esperando la noche
                            Gentío en la ceremonia aarti 

                            Barcazas en el Ganges                           
                        

                                                 Nuestro barquero

                     Ceremonia aarti



    Numerosas cremaciones iluminaban dantescamente la noche   
                        Siluetas en la noche 
  


                        Amanecer en el Ganges

 
 
                            Purificación en el Ganges 


 
  
 



   
                        Lavado de ropa en el Ganges  
     

            Véase la marca dejada en las torres por la crecida del Ganges
   Purificación de un cadáver en el Ganges antes de su incineración 


   Incineración


 

 
 


 





   
                            Colores entre la mugre






                     
                            Como la luminosidad de un Sorolla


 


 

 



    Cola de la comida benéfica

 
 

 




 



 








2 comentarios:

  1. Permiteme una pequeña aclaración: 300 kg de leña cuestan mucho dinero. No todas familias se lo pueden permitir y de allí se pueden ver algunos huesos flotando en el Ganges, porque la cantidad de leña que han podido comprar no es suficiente para poder quemar del todo el cadáver y lo que queda se arroja al rió.. Y la gente que no puede pagarse nada de leña arroja el cadáver directamente al rió. La leña mas apreciada es la de sándalo que tapa un poco el olor a carne quemada.
    Los niños menores de 3 años , como tienen el alma todavía puro no se les quema porque no necesitan ser purificados, igualmente que las embarazadas cuyo feto tiene el alma puro.
    Tampoco se queman los santos como los Yoguis o Brahamanes, o las que murieron por picadura de cobra. Como esta serpiente representa a Shiva, su veneno es purificador.
    A estos cuerpos se atan piedras grandes que llevan al cadáver al fondo del rió para que no quedan flotando en la superficie.....
    Bañarse e incluso beber agua del Ganges requiere un sistema inmunitario a prueba de todo.....
    Muy bonita fotografía, Miguel

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    1. Gracias Almut. Es muy agradable saber que lees mis artículos y que haces aportaciones interesantes. Había oído parte de lo que has escrito. Recuerdo también, que el Gobierno ha instalado o piensa instalar unos hornos crematorios de gas. De esta forma, evita la tala masiva de árboles para leña y sobretodo, evita que la gente humilde sea echada sin más al Ganges.
      Gracias por enriquecer mi artículo y por valorar positivamente mis fotografías.

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